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El Ayuntamiento pone nuevas trabas para frenar el uso residencial de locales construidos como industrias

La lucha contra el uso residencial de edificios industriales, que el gobierno municipal impulsa desde hace meses, vivió ayer un nuevo capítulo. El vicealcalde, Manuel Cobo, anunció que el Ayuntamiento aprobará una normativa para "regular la capacidad de compartimentación de los edificios industriales de tipo multiempresarial", es decir, los que albergan locales de distintos propietarios.

Para recibir la licencia de construcción, "la gran mayoría" de los lofts que formen cada edificio deberán tener 175 metros cuadrados o más, según explicó Beatriz Lobón, coordinadora general de Urbanismo. "No podemos obligar a todos los locales a tener esa dimensión. Reservaremos algunos en cada bloque. Pero serán pocos", afirmó.

El Ayuntamiento pretende frenar así el uso residencial de esos locales, una práctica con la que los propietarios de edificios industriales están haciendo un gran negocio. A los promotores les será mucho más difícil vender casas de más de 175 metros, porque al ser tan grandes, serán también mucho más caras.

Otra de las propuestas avanzadas ayer es la de obligar a este tipo de edificios a contar con aparcamientos con un número y unas dimensiones específicas. Asimismo, el Ayuntamiento contempla someter a controles medioambientales a todos los edificios que tengan más de 20 locales y una superficie superior a 1.000 metros cuadrados.

Estas medidas suponen la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1997. En mayo de 2005, el Ayuntamiento decidió estudiar el plan para introducir cambios que acabaran con la reconversión masiva. El pasado 1 de marzo, la comisión que estudia la reforma de la normativa decidió que los locales que se dedicasen a "servicios industriales" deberían tener una superficie mínima para que sus propietarios pudiesen convertirlos en residencias. Pero esta medida dejaba fuera a los locales que se dedicaban a otras actividades como el almacenaje. La nueva propuesta va dirigida a todos los edificios industriales, sea cual sea su actividad.

Los lofts se han convertido en la primera residencia de muchos jóvenes para los que vivir en una antigua fábrica luminosa y diáfana resulta atractivo, y además, más barato.

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