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Reportaje:

'Gorka' pierde su cría

El pasado domingo murió el primer gorila nacido en cautividad en Madrid en 14 años

"¿Puedo votar por teléfono?", era la pregunta que hacían los madrileños más impacientes para poner nombre al primer gorila nacido en el Zoo-Aquarium de Madrid en 14 años. Pero ayer se difuminó esa impaciencia. La cría de gorila que nació el pasado 27 de junio en el zoo madrileño falleció el domingo por la mañana. "La cría estaba muy débil y no mamaba", explicó un portavoz del Zoo-Aquarium. Según las mismas fuentes, la cría nació prematuramente, un mes antes de lo previsto. "Pesaba cerca de un kilo y medio cuando se le retiró de la madre. En ese momento debería haber pesado más de 1,8 kilos", añadió la portavoz. La gorila era hija de Malabo, un macho nacido en el zoo hace 15 años, y de Gorka, una hembra que llegó al parque en mayo de 2004.

Gosha, Gelai y Gombe eran los nombres que los responsables del parque habían escogido y que estaban siendo sometidos a votación mediante una urna instalada al efecto en el zoo. Es costumbre que el nombre comience por la inicial del nombre de su madre para facilitar la identificación de las líneas familiares.

Gosha, Gelai y Gombe, son los nombres de una etnia, de un volcán y de un parque natural en Tanzania.

La desilusión causada por la muerte de la pequeña gorila tiene relación con el grado de expectación popular que había provocado el nacimiento de este ejemplar de gorila occidental (Gorilla gorilla gorilla), una especie catalogada en peligro de extinción por la Unión Mundial de la Naturaleza y que reparte sus escasas poblaciones salvajes entre países africanos como Angola, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Congo y República Democrática del Congo.

Gorka, la madre del bebé gorila, aterrizó en Madrid hace dos años procedente del zoo de Budapest como parte de uno de los programas europeos de Especies en Vías de Extinción en los que participan diversas instalaciones de este tipo.

Sin embargo, no todo el mundo considera positivo este tipo de exhibiciones. Pedro Pozas Terrados es secretario general del Proyecto Gran Simio, la asociación que ha impulsado la proposición no de ley para otorgar a los simios derechos que les protejan de determinados abusos, y piensa que "el nacimiento en cautividad de un gorila no debería producirse porque es añadir uno más a la larga lista de simios cautivos y resulta un acontecimiento que sólo añade beneficios al propio zoológico. La única forma de proteger a estas especies es conservando su hábitat y no rompiendo lazos familiares cogiendo ejemplares de un zoo y llevándolos a otro".

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Enrique Sáez, biólogo y veterinario del parque, añade que, tras los comportamientos observados, "Malabo y Gorka son firmes candidatos a formar un grupo reproductor estable que permanecerá en nuestras instalaciones".

"El papel de Gorka había sido de 10, hasta que se le retiro a la cría", afirma Enrique Sáez.

"La crianza entre gorilas", continúa "es complicada y compleja porque, como en el caso de los humanos, se basa en comportamientos adquiridos y no sólo genéticos y el mismo síndrome posparto que pueda tener una humana primeriza puede darse en una gorila". No es el caso de Gorka, sobre todo al comprobar la delicadeza con la que había estado sujetando la cabeza de su cría y se la acercaba al pecho para darle de mamar.

En el recinto del zoo en el que se encuentra el grupo de simios (dos machos, dos hembras) hay espacio para la intimidad y para la exhibición. "Incluso había momentos en los que Gorka se aproxima a la zona más cercana a la valla y parece mostrar su hija a los curiosos", confirma Enrique.

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