La sombra de Madrid

Las imágenes que emitían ayer las televisiones de todo el mundo procedentes de Bombay recordaban a las que se pudieron ver en Madrid el 11 de marzo de 2004 con los trenes destrozados y a las más recientes de Londres, el 7 de julio del año pasado, en otro ataque en el que los medios de transporte públicos fueron el objetivo de los terroristas.

Expertos de terrorismo en todo el mundo han señalado que el modelo de la barbarie de Londres se encontró en el horror de Madrid. El comando terrorista islamista que salió de Leeds hacia la capital británica en la mañana del 7 de julio había buscado su modelo de muerte en lo que ocurrió en la capital de España: explosiones simultáneas contra la red más importante, y a la vez más frágil, que tienen las grandes ciudades, el transporte público.

En ambos casos, el ataque de los fanáticos islamistas se produjo en hora punta y contra cuatro objetivos -cuatro trenes en Madrid y tres vagones de metro y un autobús, casi una hora más tarde, en Londres-. Sin embargo, la principal diferencia entre Londres y Madrid es que el modus operandi de la capital británica fue el mismo que en el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York: terroristas suicidas. Otra similitud entre la tragedía de Londres y la de Bombay es que ambas se produjeron en los albores de una cumbre del G-8, los países más industrializados del mundo.

El temor a que se tratase de una ofensiva coordinada en varias naciones -algo que todavía no se ha producido-

hizo que la policía de Nueva York incrementase las medidas de seguridad en la red de transporte. Fuentes de la policía neoyorquina explicaron que las medidas adicionales establecidas tienen un carácter de precaución, dado que no se ha producido ninguna amenaza concreta en las últimas horas. Los atentados contra Bombay han hecho que la policía de Nueva York despliegue cientos de agentes adicionales en la red de metro y aumente los registros.