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Atentado en Bombay

Matanza terrorista en India

Al menos 174 muertos en siete explosiones seguidas en estaciones del tren de cercanías de Bombay

Al menos 174 personas murieron y más de 450 resultaron heridas ayer en siete atentados con bomba casi simultáneos en estaciones de trenes de cercanías de Bombay, la capital financiera de India. Las explosiones, que se produjeron con una diferencia de media hora entre la primera y la última, sorprendieron a los viajeros cuando regresaban a casa en trenes abarrotados que, a diario, transportan a seis millones de usuarios. La policía sospecha que los atentados -que tuvieron lugar un día 11, como el 11-S y el 11-M- fueron obra de extremistas islámicos, probablemente de Cachemira. A última hora, ningún grupo había reivindicado los ataques terroristas. Bombay, con 17 millones de habitantes, ha sufrido varios atentados terroristas en los últimos 15 años.

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Las explosiones se produjeron entre las 18.20 y las 18.50 hora local (tres horas menos en la España peninsular), el momento de regreso de los trabajadores a casa, en vagones de primera clase de abarrotados trenes suburbanos y estaciones de la línea oeste de Bombay. Las siete bombas estallaron en las estaciones de Bhayender, Borivali, Jogeshwari, Santacruz, Khar, Mahim y Matunga.

Las cadenas de televisión, tan desorientadas como las propias autoridades en los primeros momentos, reflejaban las escenas de pánico en las distintas estaciones. Se veían muchas personas heridas, otras gritando en los andenes y no pocas frente a los vagones convertidos en amasijos de hierro, con grandes boquetes en su ensamblaje. Las imágenes podían ser de cualquiera de las siete estaciones, ninguna era identificada. Recordaban a los atroces atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid o a los del 7 de julio del año pasado contra Londres.

Al comisario de policía de la ciudad, Anami Narayan Roy, no le cupo ninguna duda. "Obviamente", declaró, todo era obra de terroristas. "Una persona normal no era capaz de hacer algo así", concluyó. La hipótesis que barajan las autoridades indias es que los explosivos, muy potentes, fueron accionados mediante temporizadores.

El comisario añadió que la prioridad era atender a los heridos, alrededor de 450, y trasladarlos a los hospitales. La intensa lluvia monzónica dificultaba las tareas de rescate y las investigaciones. "También tenemos que asegurarnos de que nada peor pueda suceder tras las explosiones", apuntó el jefe de la policía. Mientras Roy decía esto, las cámaras de televisión mostraban a miles de personas desconcertadas que habían sido evacuadas de los trenes y que intentaban llegar a sus casas tras ser suspendido el servicio.

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Alerta en todo el país

El Gobierno indio declaró la alerta en todo el país, especialmente en lugares como Nueva Delhi y el Estado de Maharahstra, del que Bombay es la capital. El estado de alerta supone el despliegue de una vigilancia extrema en aeropuertos, estaciones ferroviarias y en autobuses, cines, mercados y otros lugares públicos.

En una declaración leída por el titular de Interior, el primer ministro, Manmohan Singh, dijo que estas matanzas son "actos cobardes" y "un intento de sembrar el pánico entre los ciudadanos". Singh reafirmó también el compromiso de su Gobierno para "luchar contra el terrorismo en todas sus formas". El primer ministro convocó una reunión de urgencia en su residencia con el titular de Interior, Shivraj Patil, y con uno de los responsables nacionales de Seguridad para revisar la situación de la seguridad en todo el país tras estas explosiones.

Singh habló más tarde para confirmar que los atentados habían sido perpetrados por "terroristas", al tiempo que el ministro del Interior señalaba que las autoridades tenían alguna "información" sobre la inminencia de un atentado, pero "desconocían el lugar y el momento".

El primer ministro pidió a los ciudadanos de Bombay que "mantengan la calma, no hagan caso de rumores y continúen con sus actividades", y recordó que ya "sufrieron el terror hace más de diez años", en referencia a los sucesos de 1993, cuando una serie de atentados acabaron con la vida de 257 personas y causaron alrededor de 1.400 heridos.

Bombay también fue atacada en 2003 en tres ocasiones. En marzo, cuando una bomba colocada en un tren provocó la muerte de 11 personas; en julio, cuando un artefacto colocado en un autobús causó la muerte de 3 personas y en agosto, cuando otros 46 ciudadanos fallecieron en dos atentados simultáneos con coches bomba que también provocaron 200 heridos. No obstante, a pesar de que la ciudad ha sido blanco de varios ataques terroristas en los últimos 15 años y con especial asiduidad en el último lustro, los trenes de cercanías nunca habían sido un objetivo, a pesar de que transportan a seis millones de personas a diario en una ciudad que alberga a más de 17 millones de habitantes.

Bombay, rebautizada Mumbai por el Gobierno en 1997, ha estado en la mira de los terroristas islámicos desde 1993, desde que India empezó a transformarse a toda velocidad en la potencia económica que es hoy. La ciudad es el epicentro de ese despegue. No sólo es la capital económica y financiera del país, también es el centro neurálgico de la industria petrolera y es todo un símbolo si se tiene en cuenta que fue el origen del desarrollo de los programas nucleares del país. Por ser la más occidental de las ciudades indias, es sede de la gran mayoría de las grandes empresas locales y extranjeras, muchas de las cuales cotizan en el mercado de valores de Bombay, el mayor del país y el que sirve de referencia para el mundo.

La ciudad es también la sede de Bollywood, la gigantesca y pujante industria cinematográfica local que cada vez tiene mayor aceptación en Occidente. Bombay, según los analistas, es una muestra de lo que será India dentro de algunos años, y representa el sueño de muchas personas que emigran cada año a la ciudad y que la han convertido en una de las cinco urbes más pobladas del mundo.

Investigadores ferroviarios y policías observan uno de los vagones destruidos en los atentados de Bombay.
Investigadores ferroviarios y policías observan uno de los vagones destruidos en los atentados de Bombay.EFE

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