"Hay miembros rotos por todas partes"
El corresponsal de la cadena CNN-IBN Jency Jacob viajaba en uno de los trenes que explotaron y describe así lo ocurrido: "Hubo un ruido fuerte y una especie de explosión y el tren se detuvo de repente. Luego nos dimos cuenta de golpe de que se trataba de una explosión, y la gente empezó a correr y a saltar del tren".
Otro testigo relató a CNN-IBN (la filial india de la cadena de Atlanta) cómo vivió la explosión: "Escuchamos un ruido fuerte en uno de los vagones. Cuando corrimos hacia ahí, vimos gente con miembros seccionados y heridas graves. No había policías o empleados de la compañía de trenes para ayudarnos", declaró un testigo. Otro corresponsal de la misma televisión afirmó: "Hay miembros rotos por todas partes, los comerciantes del barrio salían corriendo de sus tiendas y despejaban las vías quitando los cadáveres".
Un superviviente describió a la agencia France Presse cómo quedó el tren que une la periferia de Jar con el barrio céntrico de Andheri: "El cuarto vagón quedó totalmente destruido. Vimos entre ocho y diez personas que eran sacadas del tren. La explosión fue tan potente que creímos que nos había alcanzado un rayo".
Un estudiante de medicina, Sunny Jain, explicó a la cadena británica BBC la situación en el hospital Rey Eduardo mientras llegaban los heridos y esperaban ser atendidos por el personal médico. "Las escenas son realmente horribles, el suelo está lleno de sangre", describe el joven indio. "Mucha gente herida llega al hospital. Se trata sobre todo de quemaduras. Pero vi a un hombre con heridas muy graves y sangrando. Tuvieron que amputarle el brazo".
Según el relato de Sunny Jain, los servicios médicos no tienen los medios básicos para atender a los afectados: "No hay bastantes ambulancias y mucha gente ha tenido que venir con sus propios medios, en taxi o por su propio pie. No tenemos las infraestructuras de las que dispone Occidente. Necesitamos medicamentos y más vehículos".
En el hospital público de Kem, uno de los más importantes de la ciudad, los testigos describen una situación similar. "Llevo horas ayudando a llevar los cuerpos dentro. Algunos de ellos no tienen ojos, manos o brazos", explica Bunty Jain, un comerciante de 24 años. Como él, varios voluntarios ayudan a poner los cuerpos en camillas, otros limpian la sangre de las víctimas.Sunny Jain concluye así su testimonio: "Tengo que volver a ayudar a los heridos. Los trenes de cercanías son la red vital de Bombay. La ciudad ha quedado gravemente herida".
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