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El conflicto de Chechenia

Muere el jefe de los terroristas chechenos

Rusia se atribuye la eliminación de Shamíl Basáyev, responsable del asalto a la escuela de Beslán

Pilar Bonet

Las autoridades rusas proclamaron ayer al mundo que el checheno Shamíl Basáyev, el terrorista más buscado del país, había sido liquidado en una operación de las fuerzas de seguridad que tuvo lugar de madrugada en la república caucásica de Ingushetia. Basáyev, ideólogo de atentados como el de la escuela de Beslán, pereció junto con otros miembros de la cúpula de los independentistas chechenos en la localidad de Ekázhevo al saltar por los aires uno de los vehículos (un camión cargado de explosivos) del convoy en el que viajaban. Los jefes chechenos confirmaron la muerte de su líder, al que calificaron de "mártir", aunque la atribuyeron a una detonación accidental de explosivos y no a una operación planificada de los rusos.

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El suceso de ayer, en las primeras versiones matutinas, se presentaba como una explosión casual en la que habrían muerto cuatro guerrilleros, aparentemente por una mala manipulación de los explosivos que transportaban. Poco a poco, sin embargo, en virtud de las manifestaciones oficiales, el acontecimiento se fue transformando en el resultado de una brillante misión planificada.

Ante las cámaras de televisión, el director del Servicio Federal de Seguridad, Nikolái Pátrushev, dijo al presidente Vladímir Putin que en Ingushetia se había realizado una "operación especial" en la que habían sido "aniquilados" Basáyev y varios bandidos "que preparaban y realizaban actos terroristas en Ingushetia". Pátrushev subrayó que había ya "informado antes" al presidente y dijo que ésta había sido posible gracias a los agentes en el extranjero, especialmente en los países donde la guerrilla se abastece de armas. Entre los planes de los terroristas estaba "ejercer presión política sobre la dirección de Rusia durante la cumbre del G-8", señaló Pátrushev.

"Es una merecida venganza para los bandidos", afirmó Putin, recordando el secuestro de la escuela de Beslán, en Osetia del Norte, y otros actos terroristas cometidos por Basáyev y su gente. El presidente ordenó que prepararan una propuesta para condecorar a los agentes que habían participado en la acción de exterminio y advirtió después: "Sabemos muy bien que la amenaza terrorista es aún muy grande y por eso no hay que relajar en ningún caso el trabajo en este sentido, sino lo contrario, reforzar e incrementar la eficacia de todas nuestras acciones".

Fuerte explosión

Ekázhevo, el lugar del suceso, está situada en las inmediaciones de Nazrán, la antigua capital de Ingushetia. Allí, a bordo de varios vehículos (un camión y varios coches) se encontraban de madrugada los guerrilleros, sin que fuera posible decir si llevaban ya dos días aparcados en las afueras del pueblo o si habían llegado esa noche, según el corresponsal de la televisión NTV. Cuando todavía los vecinos estaban viendo los últimos episodios de la final del mundial de fútbol, se oyó una fuerte explosión y luego otras, procedentes de las municiones del camión. Fuentes de los órganos de orden público citadas por la agencia oficial Itar-Tass manifestaron que junto con Basáyev habían muerto Sabir Ganízhev e Isá Kushtov y otros miembros del círculo próximo al "terrorista número uno".

Las cifras de guerrilleros muertos (entre cuatro y 12) y del número de vehículos en los que viajaban variaban según las diversas fuentes de los servicios de seguridad y orden público. El vicepresidente de Ingushetia, Bashir Aúshev, manifestó que Basáyev había sido reconocido por sus fragmentos. "Por lo que sé, lo han identificado por la cabeza", dijo el funcionario, según el cual los expertos habían encontrado rasgos de su identidad, a saber, su barba y la prótesis de su pierna. Aúshev manifestó que los guerrilleros se encontraban en Ingushetia para aprovisionarse de armas y calculó en seis la cifra total de muertos. Fuentes periodísticas informadas en el Cáucaso, contactadas telefónicamente, señalaban que los primeros en llegar al lugar de las explosiones fueron agentes del Ministerio del Interior y señalaron que los representantes del Servicio Federal de Seguridad, que llegaron después, no sabían que en los vehículos que hicieron explosión podía encontrarse Basáyev.

El fiscal general del Estado, Yuri Chaika, dijo que las autoridades rusas sobreseerán el expediente criminal contra Basáyev "después de identificar su cuerpo" y realizar la investigación forense, según Itar-Tass.

Los políticos rusos mostraban optimismo sobre la estabilización del Cáucaso tras la muerte de Basáyev, y eran muchos quienes afirmaban que su muerte ha ocurrido en un momento oportuno para el presidente, Vladímir Putin, en vísperas de la cumbre del G-8 que se celebrará este fin de semana en San Petersburgo. "Los servicios de seguridad sabían dónde se encuentra Basáyev, seguían sus movimientos y lo aniquilaron en el momento necesario desde el punto de vista político", manifestó el experto militar Alexandr Jramchijin, a la agencia Interfax. El jefe del Gobierno checheno, Ramzán Kadírov, manifestó que el "exterminio de Basáyev no fue inesperado" y añadió que "pronto" le sucederá lo mismo a Doka Umárov, refiriéndose al guerrillero que desempeña el liderazgo de los independentistas después del reciente asesinato de Abduljalim Saiduláyev, el hombre que sustituyó a Aslán Masjádov, asesinado en 2005.

El jefe del espionaje ruso, Nikolái Pátrushev (derecha) informa a Putin en el Kremlin de la muerte de Basáyev.
El jefe del espionaje ruso, Nikolái Pátrushev (derecha) informa a Putin en el Kremlin de la muerte de Basáyev.REUTERS

Escalada de la violencia en Ingushetia

A juzgar por el número de muertos y atentados, Ingushetia se ha convertido en los últimos años en uno de los lugares más violentos del Cáucaso, lo que demuestra que el líder local, Murat Ziázikov, un general de los servicios secretos, no ha tenido el mismo éxito en mantener a la república al margen del conflicto de Chechenia que consiguió su predecesor, Ruslán Aúshev.

El pasado 29 de junio, el Ministerio del Interior de Ingushetia había desmentido las informaciones según las cuales Shamíl Basáyev se escondía en la república, pero la crónica de las últimas semanas no deja lugar a dudas sobre la intensidad de la violencia en la zona.

En mayo, siete personas murieron, entre ellas el ministro del Interior, Jabrail Kostóyev, a consecuencia de una explosión. En junio fue asesinado el jefe del OMON (las tropas de intervención especial), el teniente coronel Musá Nalgíyev, dos de sus guardaespaldas y tres de sus hijos. El mismo día, fue asesinada también la vicealcaldesa, Galina Gubina. Bases guerrilleras arrasadas, combates con empleo de helicópteros, atentados contra vehículos militares, todo ello con víctimas mortales, forma parte de la estadística más reciente.

Medios periodísticos del Cáucaso señalan que la guerrilla se ha activado en Ingushetia gracias a un elevado rescate recibido por la liberación de un político local secuestrado. Ese dinero, señalaban las fuentes, les ha permitido comprar armas de gran calidad. Los secuestros con cobro de rescate son una práctica habitual en la zona. Secuestrado de febrero a mayo ha estado incluso el suegro del líder local, Murat Ziázikov.

Entre los actos terroristas más aparatosos ocurridos en Ingushetia en los últimos años está la incursión de un comando guerrillero en Nazrán en la noche del 21 al 22 de junio de 2004, una operación que tuvo un balance de 98 muertos y 104 heridos. Los guerrilleros atacaron las sedes de los órganos de orden público, el ejército y la seguridad y se llevaron armas que, al año siguiente, reaparecieron en la escuela de Beslán, en Osetia del Norte.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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