Silencios sobre el drama palestino

¿Dónde estamos todas aquellas personas a quienes está espantando la guerra sin cuartel que desarrolla Israel contra Gaza, contra Palestina, al fin? ¿Dónde los líderes sociales, los políticos, los Ministerios de Asuntos Exteriores de casi medio mundo que tan deprisa se movilizaron contra la guerra del Golfo y la de Irak, después?

Los palestinos no interesan: de ellos no se espera nada, no guardan tesoros arqueológicos ni barriles de petróleo, ni siquiera una biblioteca antigua... Año tras año, en realidad, lo que están consiguiendo con su lucha es poner en un brete a sus congéneres, pensarán muchos; ¿por qué no aceptan cualquier acuerdo y se dejan exterminar sin que se note demasiado? Ellos no se cansan, pero el resto del mundo sí. Israel, de nuevo, ha encontrado excusa para mantener sus ataques y acabar de exterminarlos. Nadie defiende la actitud de los palestinos violentos, al contrario, pero muchos la comprendemos (que es diferente de aceptarla). Que se gire la cabeza hacia otro lado no hace sino confirmar su aislamiento y reafirmar su recurso a la violencia; parece que es lo que el mundo libre está esperando de ellos para culparlos y evitar tener que pronunciarse. Cuando el pueblo palestino desaparezca, como casi desaparecieron los kurdos, los armenios, por la falta de ayuda, de apoyo, sus muertos serán también los nuestros, los de nuestra mala conciencia.