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Reportaje:El conflicto de Oriente Próximo

"Sólo apendicitis y emergencias"

El caos se apodera de los hospitales de la franja de Gaza, que apenas practican operaciones ante la falta de medicinas y material

Ibrahim al Habash se siente frustrado. "Ahora detesto acudir a mi trabajo", afirma el director del hospital Shifa, el más importante de la franja de Gaza. Y es que Al Habash no ejerce su profesión. Las reuniones diarias con los médicos no versan sobre historiales clínicos o tratamientos. Sólo batalla para apagar cada fuego que se le presenta. Que si los empleados no pueden acudir porque no tienen dinero para el transporte; que si los cortes de fluido eléctrico; que si escasea el agua. Hace sólo medio año, el hospital, que cuenta con 600 camas, realizaba 1.400 operaciones quirúrgicas mensuales. Hoy, ni una. "Sólo atendemos apendicitis y las emergencias", asegura.

La situación se ha agravado después de la captura por milicianos palestinos del soldado israelí hace dos semanas. Pero el caos comenzó a fraguarse cuatro meses atrás. "Antes de que Hamás venciera en las elecciones ya sufríamos graves carencias", comenta Al Habash. Después de los comicios, la comunidad internacional en bloque se sumó a un castigo que afecta al millón y medio de residentes en Gaza. "Nadie cobra en el hospital desde marzo. Los tratamientos oncológicos y de diálisis han sido reducidos. Antes sometíamos a 600 pacientes a tres sesiones de diálisis a la semana, ahora sólo pueden ser dos", explica el director. "Antes", añade, "disponíamos de cuatro escáneres, ahora sólo tenemos uno para toda la franja. No contamos con repuestos, el tubo de un escáner cuesta 70.000 dólares, y la demanda es la que es".

"Es la peor época en los 26 años que llevo trabajando en Shifa", se lamenta el director
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El Gobierno israelí anuncia de vez en cuando la apertura de la aduana de Karni. La última, por un periodo de cuatro días, para que pudiera abastecerse a la franja de medicamentos y alimentos. Unas horas más tarde era de nuevo clausurada. "Teníamos almacenadas medicinas para tres meses, pero hoy el almacén está casi vacío. Además, no se establecen preferencias. Entran igual los cargamentos de Coca Cola que de medicamentos", denuncia el director del centro.

Gaza tiene su peculiaridad. El Gobierno gestiona el 90% de la sanidad de la franja. En Cisjordania el 70% está en manos privadas y de organizaciones no gubernamentales. El corte drástico de las ayudas financieras internacionales causa estragos. "Hay muchas promesas, pero en la práctica casi nada. EE UU ha dejado de aportar fondos en seco, pero también somos víctimas de la Unión Europea", señala el director. Hay aros por los que no está dispuesto a pasar, por dramática que sea la situación. "La UE ha pedido la lista de funcionarios de la sanidad para ingresar los sueldos en sus cuentas. Es inaceptable. Que lo canalicen a través de las autoridades".

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Decenas de enfermos y heridos leves se sientan en el suelo en la recepción del hospital. Al Habash suda mucho. "Estamos completos. Los pacientes son muy pobres. Y, además, ahora llegan desde cualquier lugar de la franja. Los envían aquí porque éste es el más grande y creen que tenemos capacidad para resolver los problemas. Ya han aflorado disputas y tengo miedo de salir a la calle porque hay gente que me amenaza. Es la peor época en los 26 años que llevo trabajando en Shifa". Todo es susceptible de empeorar. Horas después de charlar con el doctor, el jueves, comenzaba el ataque israelí en Beit Lahia. Un total de 80 heridos colapsan los modestos hospitales. El Ministerio de Sanidad solicitó a la población que acudiera a donar sangre.

Un palestino herido en una incursión israelí es atendido en un hospital de Beit Lahia, al norte de la franja de Gaza.
Un palestino herido en una incursión israelí es atendido en un hospital de Beit Lahia, al norte de la franja de Gaza.EFE

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