Leyes de segunda categoría
Hay leyes que parecen de segunda categoría y de cumplimiento casi voluntario, como la ley antitabaco. A dos meses de que entre en vigor para bares y restaurantes de más de cien metros, en Zaragoza aún no se ha pedido una licencia de obras. Los hosteleros se resisten a cumplir con la ley, mal aconsejados por su asociación, que debe de pensar que la Diputación General de Aragón no tiene las ideas claras o no se atreverá a ir contra todos los establecimientos afectados. Es una especie de rebelión. En España somos mayoría los que no fumamos, pero en ningún bar o restaurante tenemos derecho al aire limpio a pesar de la ley. Los niños, grupo al que se debe proteger especialmente, se fuman todo lo fumable cada vez que sus padres los llevan a estos lugares.
Malas son las prohibiciones, pero necesarias cuando está en peligro la salud pública y la gente no la respeta. Esperemos que en este caso, como en todos, se haga cumplir la ley.
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