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El Gobierno holandés quiere seguir en funciones hasta mayo de 2007

La oposición reclama la convocatoria de elecciones anticipadas

Isabel Ferrer

Lejos de despejarse, el panorama político holandés añadió ayer aún más sombras a la confusión creada por la caída del Gobierno de centro-derecha tras el escándalo de la retirada del pasaporte a la ex diputada de origen somalí Ayaan Hirsi Alí. El primer ministro dimisionario, Jan Peter Balkenende, se mostró partidario de seguir en funciones hasta las próximas elecciones, previstas en principio para mayo de 2007.

Cumpliendo con el mandato institucional, el primer ministro comunicó primero a la reina Beatriz la renuncia del Gabinete. Balkenende pretende conservar el poder de decisión sobre algunas materias hasta las próximas elecciones. Ello le permitiría presentar los presupuestos generales del Estado -en septiembre- y organizar la nueva misión de las tropas holandesas en Afganistán. La oposición prefiere adelantar los comicios.

"No depende de mí, sino de la soberana, pero quisiera completar la labor de gobierno antes de las nuevas legislativas", declaró Balkenende al abandonar el palacio real por la mañana. De ser así, el Gobierno dimisionario no podría dictar nuevas leyes, pero sí concluir asuntos de Estado que han quedado en el aire por culpa del descalabro del pasado jueves. Antes de anunciar su decisión al respecto, la reina Beatriz deberá reunirse con los líderes de todos los partidos con representación parlamentaria, así como con los presidentes del Consejo de Estado, el Congreso y el Senado.

Mientras los analistas políticos evaluaban el vacío creado por la caída del Gobierno, los partidos ocuparon el día en cruzar duras acusaciones sobre lo ocurrido. Rita Verdonk, ministra de Inmigración a la que los liberales de izquierda (D66), socios en la coalición de Gobierno, pidieron su marcha por gestionar mal el caso de Hirsi Alí, eludió cualquier responsabilidad. "La culpa de lo ocurrido no es en absoluto mía. Es de D66, que ha provocado un desastre con su actitud". Lousewies van der Laan, portavoz parlamentaria de D66, y el nuevo líder del grupo, Alexander Petchold, le devolvieron la imputación señalándola como "la causante de la renuncia del Gobierno".

Otros mostraron su descontento con mayor mesura verbal. Ministros como el de Justicia, el democristiano Piet Hein Donner, trataba de despejar sus dudas en voz alta. "Habrá que adelantar las elecciones, claro, pero el Gobierno no ha sido derrotado por una moción de censura mayoritaria", señaló. Ben Bot, su colega de Exteriores, lamentaba lo ocurrido. "No lo puedo entender; es incomprensible", repetía ayer. Según los sondeos, un 50% de los holandeses cree que el Gobierno debía caer. Un 49% piensa lo contrario.

Balkenende sale del palacio real, ayer en La Haya.
Balkenende sale del palacio real, ayer en La Haya.AP

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