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Columna
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La cosa de la sostenibilidad

Por acuerdo de las Naciones Unidas estamos en plena década para la educación del desarrollo sostenible (2005-2014). Y por aplicación de todos los modelos de crecimiento nos estamos quedando sin desarrollo para el futuro y sin sostenibilidad, al menos si atendemos a las definiciones al uso que se utilizan para definir lo que está ocurriendo en la Comunidad Valenciana. En unos años, todos calvos. No dejaremos nada más que ladrillos y desiertos a nuestros hijos. ¿Será así?

De entrada hay toda una ceremonia de la confusión alrededor del concepto de sostenibilidad. Clicas en Google y bajo esa búsqueda te aparecen ocho millones de páginas en español, la primera de las cuales corresponde a sostenibilidad.com, presentación de Acciona, que es una empresa dedicada a la construcción y la energía. Luego aparecen desde las playas de Rota hasta el decálogo a cumplir para un turismo sostenible. Pero no te dice nada de si la sostenibilidad del Penyal d'Ifac pasa por las sendas para que los turistas no pisen el monte hasta la cima o dejar que hasta allí sólo trepen los escaladores, poniendo cuñas en las fisuras de las rocas.

Te vas a Wikipedia (la gran enciclopedia libre de Internet) y la definición para desarrollo sostenible es "el que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". Pero no hay diccionario alguno que te diga si el territorio se conserva declarando parques naturales para visitas dominicales o incentivando la permanencia del hombre.

Tal vez por eso el alcalde de Villahermosa del Río tiene muy claro desde hace tiempo que los agricultores de la zona acabarán quemando el monte si la declaración del parque natural de Penyagolosa afecta a sus cultivos y tierras de pastoreo. ¿Es así como se conserva el territorio? ¿Alguien les preguntó a los agricultores sobre sus "necesidades actuales y las de las generaciones futuras", que dice la definición de sostenibilidad?

Kyoto fue un avance para el desarrollo sostenible. Pero las industrias valencianas están pagando un sobrecoste para mantener los derechos de emisión que no los asumen sus competidores en China o en Estados Unidos, donde no han firmado el protocolo. ¿Cómo incluyes este concepto en la competitividad?

Más papistas que el Papa, la Consejería de Medio Ambiente (etapa Rafael Blasco) promovió cara a la galería una ley que castiga el arranque de los olivos milenarios, para evitar la comercialización y la pérdida de este patrimonio. Muy bien. ¿Y qué hace el agricultor que necesita plantar otra cosa para vivir? Pues muy fácil y así se hace porque no les dejan otra alternativa: Un saco de sal acaba con el problema.

El propio Tony Blair, que aunque entró en la guerra de Irak es socialdemócrata y está en la Internacional Socialista, fija cuatro principios para el desarrollo sostenible: Mantenimiento de niveles altos y estables de crecimiento económico y empleo, proteger el medio ambiente, utilizar prudentemente los recursos naturales y seguir una política de progreso. Pero de repente en la Comunidad Valenciana todo eso se confunde. El desarrollo sostenible es el "not in my backyard" (no en mi patio trasero) que se aplica popularmente al problema de los residuos. Ya pueden pactar los políticos, que los vecinos no quieren las basuras en su término municipal. ¿A dónde las tiraremos? Los ladrillos serán verdes y la sandía roja, pero que otra tierra se haga cargo de las basuras porque aquí estamos con el desarrollo sostenible.

La idea de desarrollo sostenible es compleja y políticamente correcta. Pero tiene mil interpretaciones. En la urbanización Benicàssim Golf el grupo ecologista Gecen y la urbanizadora han llegado a un acuerdo para su desarrollo, detallando hasta los árboles y los pájaros que van a vivir en el campo de golf. Pero el PSOE, a través de su concejal y diputado Francesc Colomer no lo ve suficientemente sostenible. ¿Quién tiene la verdad sobre la sostenibilidad de la urbanización?

Nosotros debemos aprender a ahorrar agua, ¿pero qué sostenibilidad aplica la agricultura de las Castillas y Aragón, cuando consumen mucha agua con la única finalidad de conseguir subvenciones europeas a sus cultivos? Al final, como demuestra que hasta Acciona encabece la sostenibilidad, también el desarrollo sostenible es una cuestión de mercado. Ya se ofrece como mercancía. Su valor de cambio está en función de la campaña electoral.

www.jesusmontesinos.es

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