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Un libro expone la dificultad de compaginar la conservación de la Alhambra con su uso turístico

Las primeras obras de acondicionamiento del monumento para las visitas se realizaron en 1940

La Alhambra es el monumento español con mayor demanda de visitas. Si algún otro de manera ocasional es el más visitado, es porque la Alhambra tiene limitado su aforo por razones de conservación de los palacios. Esto lo ha convertido en el recinto monumental más importante de España. Compatibilizar la conservación del monumento con su uso turístico es uno de los grandes retos que desde hace años se han planteado sus gestores. En un libro titulado La Alhambra: El lugar y el visitante, la investigadora Victoria Eugenia Chamorro expone las dificultades de combinar estas cuestiones.

La Alhambra es hoy una realidad cultural compleja que requiere de un proceso continuo de adaptación, reflexión y adopción de medidas técnicas para su puesta en valor como "lugar", ya que posee una honda significación cultural, estética y funcional como conjunto arquitectónico, y a la vez como ciudad y paisaje. De ahí que sea preciso meditar con detenimiento sobre el desarrollo de sus actuales funciones, relacionadas no sólo con su conservación y su uso turístico, sino también con objetivos que tienen que ver con la investigación, la educación y la cultura. Victoria Eugenia Chamorro analiza en su libro, publicado por Tinta Blanca, las claves para entender el pasado y el futuro de uno de los conjuntos más deslumbrantes del mundo, inaugurando además la colección Plural de la Biblioteca Alhambreña.

Según la autora, la actividad turística que se desarrolla en la Alhambra comienza cuando concluye la Guerra Civil, convirtiéndose en un recurso turístico de primer orden, lo que no había sido hasta el momento. En torno a los años 60 y 70 se produjeron muchas transformaciones en el interior del recinto, para acomodarlo a las nuevas necesidades. En opinión de Chamorro, "el turismo de masas creó contradicciones difícilmente resolubles, derivadas de una insuficiente consideración hacia los valores paisajísticos y urbanísticos de la Alhambra, así como de la ausencia de limitación al crecimiento turístico, que colapsaba el recinto dentro y fuera del espacio amurallado". Y es que la Alhambra no ha sido siempre como la vemos ahora. Entre los recuerdos que Francisco Ayala conserva de su infancia granadina se encuentra uno relacionado con el monumento: "La Alhambra no era más que unas ruinas construidas por los moros que estaban allí, encima de una colina roja. Algunas veces, la gente subía a pasear por la zona, pero no se daba valor alguno al conjunto, que se encontraba en un estado deplorable". El mismo estado en el que la encontró Torres Balbás, artífice de un milagro restaurador hasta el punto de que fue apodado como El inventor de la Alhambra. Después llegó el turismo de masas del que habla Chamorro y la dificultad para gestionarlo sin limitar las posibilidades económicas para la ciudad y sin dañar el monumento, sorprendentemente bien conservado después de tantos siglos sin apenas actuaciones. De hecho, las primeras obras de acondicionamiento del sitio para la visita pública fueron realizadas en 1940 por Francisco Prieto Moreno.

El libro de Chamorro constituye, en palabras de María del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra, "un estudio novedoso y ejemplar que tiene al visitante como protagonista y al lugar como argumento". Villafranca considera la obra como una "herramienta imprescindible" para profundizar en "claves de gestión tan complejas como la regulación del uso turístico o la recuperación patrimonial". Como apéndice, el libro ofrece una serie de láminas y planos en los que la autora se esfuerza por exponer la situación de presión turística que sufría el monumento, en especial en el interior de la Palacios Nazaríes, como consecuencia de "una relación inadecuada entre el espacio físico y el número de visitantes". En opinión de Chamorro, no existe una varita mágica para gestionar un patrimonio monumental como el de la Alhambra: "Es muy complejo hacer realidad su desarrollo sostenible, la participación democrática y la gestión integral".

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