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Martín Auzmendi presentará su dimisión a Ibarretxe tras rechazarla el pleno del CRL

CCOO y Confebask se oponen a su cese, mientras que ELA, UGT y LAB se abstienen

El País

El presidente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), Martín Auzmendi, solicitará en los próximos días una entrevista con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para presentarle su dimisión irrevocable, después de que el pleno del consejo rechazase ayer aceptar su deseo de dejar el cargo. Esta decisión es consecuencia de la crisis general de esta entidad que reúne a sindicatos y patronal, agravada por el hecho de que la central mayoritaria, ELA, retiró su confianza a Auzmendi en enero. Antes del episodio, el presidente había cuestionado la utilidad del CRL en esas circunstancias.

El próximo abandono del cargo por parte de Martín Auzmendi (Ataun, 1951) puede acentuar las dificultades de funcionamiento que padece desde hace años el órgano de encuentro y diálogo de sindicatos y patronal. Fuentes del consejo señalaron que Auzmendi presentará su dimisión al lehendakari, que le nombró a finales de 2002, una vez que el pleno del consejo rechazó ayer aceptar su cese. El presidente había introducido en el orden del pleno la petición de ser relevado, al no estar prevista en la ley del CRL ni en el reglamento la posibilidad de su dimisión. En la anterior sesión, el 29 de marzo, Martín Auzmendi ya anunció a los miembros del pleno su voluntad irrevocable de dejar el cargo, al sentirse desautorizado por ELA.

La central mayoritaria le comunicó en enero que le había retirado su confianza a raíz del laudo sobre la empresa Pferd Rüggeberg (Caballito) de Vitoria, protagonista de la huelga más larga mantenida en Euskadi. El hecho de que Auzmendi comunicara al CRL que no podía seguir en esas circunstancias molestó a ELA, que le reprochó que sacara "al ámbito público" un conflicto que consideraba "bilateral". Sin embargo, personas allegadas al presidente apuntaron la incongruencia que hubiera supuesto no darse por enterado de la falta de apoyo del sindicato que tiene el 40% de representatividad en Euskadi. Asimismo recordaron que Auzmendi aceptó su nombramiento con la condición de que fuera aceptado por todos los miembros del pleno.

Ante la petición formal del presidente, ayer, el pleno del CRL sometió a votación la propuesta de su cese, que fue rechazada. Los representantes de CC OO y de la patronal Confebask votaron en contra, por considerar que no está justificado el relevo del presidente, cuya labor positiva destacaron. Por su parte, los miembros de ELA, UGT y LAB se abstuvieron. Los dos últimos sindicatos lo hicieron por estimar que no corresponde al pleno pronunciarse sobre una "cuestión personal" de ELA y el presidente. Dado que fue el lehendakari quien nombró a Auzmendi hace tres años y medio, "lo lógico" es que sea Ibarretxe quien acepte su dimisión, señaló a este periódico la representante de UGT Pilar Collantes.

La marcha de Martín Auzmendi preocupa seriamente en medios de la patronal y los sindicatos por las repercusiones que puede tener en la actividad del CRL y por la dificultad objetiva de encontrar un sustituto que sea aceptable por las dos partes. El pleno del consejo es quien debe designar al presidente, que es nombrado por el lehendakari. Pero en el caso de que transcurran seis meses sin que sindicatos y patronal se pongan de acuerdo, la responsabilidad de proponerlo y de nombrarlo pasa al lehendakari, como ocurrió en 2002.

Semibloqueo

Martín Auzmendi, abogado de profesión, ha intentado en sus tres años y medio como presidente sacar al CRL de su situación de semibloqueo debido a la falta de diálogo entre la patronal y los sindicatos y la desunión entre éstos. En varias ocasiones ha cuestionado la utilidad social de este organismo, que cuenta con un presupuesto anual de 2,6 millones.

En una comparecencia parlamentaria en febrero pasado, Auzmendi llegó a afirmar que la aportación del CRL a las relaciones laborales y como foro de encuentro entre los empresarios y los sindicatos es "francamente lamentable". En este juicio crítico, Auzmendi ha encontrado la sintonía de Antxon Lafont, presidente del otro órgano de participación sociolaboral, el Consejo Económico y Social, aquejado de los mismos problemas e incapaz de cumplir las funciones asignadas. Lafont también ha pedido a las instituciones que reflexionen sobre si merece la pena mantener unos organismos con una rentabilidad social tan limitada.

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