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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las farmacéuticas se autosancionan

Al parecer, los laboratorios farmacéuticos asociados en Farmaindustria están tan preocupados por la ética comercial que "se autoimponen sanciones de medio millón de euros" (EL PAÍS, 15-6-06) por atenciones irregulares a los médicos y por "publicidad engañosa". Cuánta comedia. Qué poca publicidad que no sea engañosa puede hacer una industria asentada de raíz en el engaño: sólo el 13%-15% (datos de la FDA americana y la OMS europea) de los nuevos medicamentos que la industria farmacéutica presenta y cobra como avances terapéuticos mejoran significativamente los similares preexistentes más baratos.

Dicho de otro modo: la eficacia relativa de más del 85% de los nuevos y más caros fármacos es nula. Un río de medicamentos prescindibles cuya venta depende de que la publicidad oculte que lo son. Por eso, desde hace años la industria infecta con su dinero numerosos servicios de hospitales, facultades de medicina, facultades de económicas y otros centros de producción de estudios a lo largo del mundo. "El 70% de todos los ensayos clínicos es financiado ahora directamente por la industria farmacéutica" (Spitz, JHPPL-Duke, 30. 3: 353), y en la mayoría de los casos los investigadores ni diseñan el ensayo ni intervienen en la interpretación de los resultados. "La conducta de las universidades y de los científicos es lamentable, escandalosa y alarmante", denuncia el profesor D. Rennie, de la Universidad de California (Konx, Boston Globe, 30.3.99).

Una conducta tan generalizada que The New England Journal of Medicine, Lancet, Journal of the American Medical Association, Annals of Internal Medicine y otras prestigiosas publicaciones médicas se sintieron obligadas a advertir conjuntamente de que el extendido control de la investigación clínica por las empresas farmacéuticas "no sólo erosiona el tejido de la curiosidad intelectual", "sino también hace que las revistas médicas participen en posibles tergiversaciones" (Davidoff, JAMA, 2001. 286:1232). Frente a esta oleada de corrupción generada por las farmacéuticas, y que de modo agudo sufre España, el paripé de Farmaindustria resulta un sarcasmo.

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