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Nadia Yassin teme ir a la cárcel

La portavoz del islamismo tolerado marroquí denuncia arrestos masivos

Ha venido a Madrid para hablar del futuro de Marruecos, pero aprovecha para denunciar "la detención desde mediados de mayo de 2.700 militantes" de Justicia y Caridad, el gran movimiento islamista que fundó su padre, el jeque Abdesalam Yassin, y del que es portavoz oficiosa. El movimiento, ilegal pero hasta ahora tolerado, es el que más arraigo popular tiene, según académicos tan prestigiosos como el estadounidense John Entelis, director del North African Journal.

Además de estas detenciones masivas, que no suelen durar más de unas horas, Nadia Yassin teme que, cuando regrese a Casablanca tras su gira por Europa, vaya a la cárcel. Hace dos semanas el tribunal de la apelación de Rabat la condenó a cuatro meses por manifestarse sin autorización en 2000.

"Ahora se imaginarán que con mis declaraciones en Europa he reincidido y corro el riesgo de ser enviada a prisión" a menos que, una vez más, las gestiones diplomáticas norteamericanas le eviten acabar detrás de los barrotes.

"Es cierto que ha habido presiones en otras ocasiones", reconoce Nadia Yassin con la boca pequeña. Admite también a regañadientes que hay contactos informales entre su movimiento y la Embajada de EE UU en Rabat. "Yo he declinado las invitaciones oficiales norteamericanas", se apresura a aclarar.

La actitud de EE UU contrasta, según Nadia Yassin, con la de "los europeos, empezando por franceses y españoles, que en Marruecos no ven más allá de sus narices". "España será el país más afectado por lo que suceda en Marruecos y su Gobierno se equivoca si cree que la monarquía alauí es el mejor garante de la estabilidad del país".

"Ni el contexto ni la personalidad del monarca permiten en Marruecos una transición a la española", prosigue la hija del jeque con un lenguaje que contrasta por su franqueza con las expresiones rebuscadas de buena parte de la clase política marroquí.

"La auténtica estabilidad es la que proporciona la democracia que nosotros preconizamos y que se asemeja mucho a la suya", subraya. ¿La descripción del sistema político que propugna tiene cada año rasgos más occidentales? Titubea antes de contestar: "Aprendemos y avanzamos".

No es ese, sin embargo, el camino por el que se adentra Marruecos, según Nadia Yassin. "El majzén (entramado de cortesanos) va a jugar la última carta que le queda para insuflar algo de vida a una autocracia agotada: colocar al frente del Gobierno" al Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), los islamistas legales.

El avance del PJD

El PJD debería ganar las elecciones legislativas de 2007 -un sondeo filtrado por un instituto estadounidense le otorga el 47% de los votos- que Justicia y Caridad boicoteará porque las considera de antemano "una bufonada".

"El poder no está en el Gobierno sino en el palacio real", señala la portavoz. "Por eso el PJD pondrá el hijab (pañuelo islámico) a más mujeres y restringirá más el consumo de alcohol, pero no podrá resolver nuestros verdaderos y acuciantes problemas", vaticina.

"El fracaso de estos islamistas de salón creará más frustración empezando por sus propias bases", prosigue. "Los jóvenes se radicalizarán aún más; el riesgo de explosión social será aún mayor".

¿Hace años que Justicia y Caridad nos anuncia una explosión, pero esta no se ha producido durante el reinado de Mohamed VI? "La emigración, que funciona como una válvula de escape, la solidaridad familiar, la represión policial y nuestro movimiento -que recluta a marchas forzadas entre los jóvenes y transforma su desesperación en una reivindicación positiva- explican el largo paréntesis", responde. "Si hiciésemos un llamamiento a la rebelión el país ardería". "Pero no lo vamos a hacer porque no queremos desestabilizarlos sino fomentar una transición pacífica".

Nadia Yassin y su marido acuden a un tribunal, en marzo.
Nadia Yassin y su marido acuden a un tribunal, en marzo.ASSOCIATED PRESS

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