Las diócesis deben asumir la mitad del coste de la conservación de su patrimonio

El Gobierno catalán acordó ayer autorizar la firma de convenios de colaboración con las ocho diócesis catalanas para ayudarlas a la conservación de su rico patrimonio cultural. Estos convenios, previstos para el periodo 2006-2010, prevén que la Generalitat o el Estado aportarán el 50% de la financiación de las actuaciones que se realizarán en el patrimonio eclesiástico, pero la otra mitad deberá aportarla el Obispado, directamente o mediante patrocinio privado o subvenciones de otras administraciones públicas locales o provinciales.

La Generalitat firmará convenios específicos para cada una de las actividades que requieran su financiación. Estos convenios cambian el sistema utilizado hasta ahora en casos como, por ejemplo, el nuevo Museo Episcopal de Vic, cuya construcción costó 13,2 millones de euros que fueron asumidos íntegramente por la Generalitat.

El Gobierno aprobó también la dotación para dos de estos futuros convenios específicos que se firmarán con el Arzobispado de Barcelona para finalizar la restauración de las iglesias de Santa Maria del Mar (1,6 millones de euros) y Santa Maria del Pi (957.100 euros). En la misma reunión se acordó una subvención al obispado de Urgell para finalizar la restauración de la iglesia de Santa Maria de Taüll, iniciada en 2003, por una cantidad de 898.750 euros.

Por otra parte, la Generalitat ha dado el primer paso para recomponer sus relaciones con el Gobierno de Aragón después de que éste abandonara el proyecto de la Eurorregión como protesta por la actitud del Gobierno catalán en torno a la polémica por las obras de arte sacro de la diócesis de Lleida. El consejero de Presidencia, Joaquim Nadal, aseguró ayer que en los últimos días ha habido "conversaciones" entre ambas partes que ya han conducido a los primeros "avances" que no quiso detallar.

El Gobierno aprobó también otorgar una subvención de 600.000 euros a Òmnium Cultural y dio carta blanca a la firma de un convenio que permita la creación de un consejo de coordinación entre el Teatre Nacional de Catalunya, el Teatre Lliure y el Mercat de les Flors.