Cada pescador del Cantábrico recibirá 85 euros al día por la parada biológica de la anchoa

Cada buque de la flota de bajura del Cantábrico recibirá por término medio una ayuda de hasta 85 euros diarios por pescador -aproximadamente 45 del Gobierno y 40 de las comunidades autónomas- en concepto de parada biológica de unos 40 días para hacer frente a la crisis de la anchoa, que se encuentra al borde del colapso en el Golfo de Vizcaya. Ése es el esquema planteado por el Ministerio de Pesca al sector durante la reunión celebrada ayer en Madrid. La cuantía de las subvenciones se fijará "barco por barco", a partir de unos baremos de capturas.

La Secretaría General de Pesca dio el pasado jueves a la flota -197 barcos y unos 3.000 tripulantes- tres opciones para paliar en lo posible la escasez de anchoa que puede llevar a Bruselas a decretar un nuevo paro biológico para su regeneración: un plan de gestión de la especie, medidas de reestructuración para las empresas o paradas biológicas, como ocurrió el año pasado cuando se estableció una moratoria de ocho meses. Esta última línea de ayudas es la que está ahora sobre la mesa tras la segunda peor costera de la historia. No se han capturado ni 800 toneladas de la especie.

Para cuantificar las subvenciones por un paro "flexible" de unos cuarenta días el Ministerio está trabajando un baremo que tenga en cuenta la actividad de las embarcaciones en un área geográfica concreta y la información disponible sobre la existencia de anchoa, según aseguró el encuentro Alberto López, director general de Estructuras y Mercados Pesqueros. En función de esos criterios y de los kilos de capturas declarados -los segmentos se mueven entre 3.000 y 15.000 kilos- se decidirá el importe.

"La oferta es sólida. Si hay voluntad por parte de la administración se puede llegar a buen puerto", dijo Jaime Tejedor, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Guipúzcoa. Sin embargo, se mostró inquieto sobre los baremos de ayudas. Igual que Gregorio López, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Avilés. Ambos abogaron por el cierre inmediato del caladero.