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Reportaje:DE CAMPAÑA CON LÓPEZ OBRADOR

"No mentir, no robar y no traicionar"

El candidato de la izquierda mexicana lleva su mensaje a tres Estados en un solo día

Falta una semana para las elecciones y en este día soleado de verano mexicano el candidato madruga como siempre. Tiene por delante una jornada intensa, con tres actos electorales. Desayuna con sus tres hijos y a las 8.30 de la mañana todo está dispuesto. Le esperan algunos de sus más estrechos colaboradores, el inseparable Nico, al volante de la Chevrolet Suburban, y un grupo de periodistas que seguirán al candidato toda la jornada.

Andrés Manuel López Obrador vive en la colonia Copilco, un barrio de clase media baja junto a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El apartamento del candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) está en un modesto edificio de seis plantas, sin ascensor, con algún cristal roto, que no destaca por su belleza. Nada llama la atención en el barrio, salvo algunos carteles y una pancarta en la que se puede leer "Carlos Andrés López Obrador, los vecinos de Copilco Universidad te apoyan para presidente".

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El primer acto electoral es en Pachuca, capital de Hidalgo, uno de lo estados más pobres del país. Sus habitantes viven esencialmente de las remesas de los emigrantes en Estados Unidos y de la actividad en el Gobierno estatal. "El campo está totalmente abandonado", dice un militante perredista. Hidalgo es un importante bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero López Obrador llena la plaza Benito Juárez, presidida por un monumento al prócer mexicano.

El candidato sube a la tarima, camisa blanca y pantalón marrón, con una guirnalda al cuello. Saluda entre el delirio de los asistentes y empieza el mitin. Repite casi al pie de la letra el mismo discurso en las plazas a las que acude. No lleva ninguna nota escrita ni un guión de apoyo. Le gusta lanzarse solo al ruedo, sin ayuda de nadie. Así lo reconocen sus asesores. "Improvisa en un 90%", señala César Yánez, jefe de comunicación de la campaña.

"Tengo muy presente tres cosas", dice López Obrador a los asistentes. "No mentir, no robar y no traicionar". Anuncia "cambios de fondo" y "una nueva política económica", y promete que en su Gobierno no habrá nepotismo. "¿Qué significa nepotismo? Que uno llega al Gobierno y mete a sus parientes". El discurso nacionalista del candidato levanta grandes ovaciones. "Vamos a revisar el TLC [Tratado de Libre Comercio con EE UU y Canadá], para que no nos invada el fríjol y el maíz de fuera. No abriremos las fronteras para que nos invadan productos chatarra". Y entre el delirio del público proclama: "Primero México y luego el extranjero". La plaza truena con los gritos "Sí se puede, sí se puede".

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López Obrador reitera que como presidente cobrará la mitad de los 200.000 pesos mensuales (17.700 dólares) que percibe Vicente Fox. El discurso entra en la fase final y pide el apoyo de todos. "¿Nos van a ayudar esos días que faltan? Hay que convencer a los del PRI y a los del PAN de Hidalgo. Ellos también están amolados. Las diferencias las tenemos con la camarilla de arriba".

El siguiente acto electoral es dentro de dos horas en Cuernavaca, en el estado de Morelos, territorio del oficialista Partido de Acción Nacional (PAN).

La entrada y salida de la capital es un caos de tráfico, por los asistentes al mitin multitudinario del candidato panista, Felipe Calderón, en el Estado Azteca. Es el cierre de su campaña en el DF. Todo está a punto para que hable el candidato. Unas 10.000 personas aguardan impacientes. El primer mensaje describe uno de los objetivos centrales del programa de López Obrador: "Arriba los de abajo, lo que no necesariamente significa abajo los de arriba, sino abajo los privilegios".

Para que no se quede en una frase, promete bajar los sueldos a muchos altos funcionarios y, sobre todo, acabar con las pensiones millonarias de los ex presidentes. "No vamos a seguir dándole 180.000 pesos mensuales (16.000 dólares) a Carlos Salinas de Gortari".

En Morelos, tierra del mítico caudillo Emiliano Zapata, el candidato recuerda al líder revolucionario "por su lealtad a los campesinos" y promete "no traicionar la memoria de nuestros héroes". Termina el acto y una avalancha de gente intenta saludar, tocar, decirle una palabra al candidato, que se mueve cómodo en este baño de masas.La siguiente y última etapa del día es Acapulco. Varios vehículos policiales y agentes con gafas oscuras y cara de pocos amigos, se unen a la comitiva, que avanza a gran velocidad por las calles de la ciudad portuaria, sin detenerse en ningún semáforo. Por qué tanta policía, pregunta. Una periodista local cuenta que en la noche anterior siete personas fueron asesinadas en distintos puntos de la ciudad. Acapulco se ha convertido en los últimos tiempos en un violento escenario del narcotráfico y el crimen organizado.

El Estado de Guerrero es un feudo del PRD que se ha empleado a fondo para movilizar a sus seguidores. La plaza del Zócalo, junto a la bahía, está llena hasta la bandera. Los organizadores hablan de 50.000 personas, puede que haya 30.000.

El candidato aparece en el estrado y la plaza estalla de júbilo. Ha cambiado de camisa y ahora luce una guayabera blanca. Cabría esperar que a las 7 de la tarde y con 600 kilómetros a las espaldas López Obrador luzca cansado. Todo lo contrario. Empieza el discurso con nuevos bríos y se lanza contra las privatizaciones: "Van a pasar a la historia. México no estará en venta". Un público enardecido grita "Duro, duro".

Los asistentes escuchan con devoción y entusiasmo. Se despide con la promesa de que volverá a Guerrero como presidente, para poner en marcha los proyectos sociales y de desarrollo. Horas antes anunció el mismo compromiso en Morelos e Hidalgo. De regreso, López Obrador pasa la noche en Cuernavaca. Ha recorrido 1.000 kilómetros en un día.

Andrés Manuel López Obrador se dirige a sus partidarios en un mitin en Toluca.
Andrés Manuel López Obrador se dirige a sus partidarios en un mitin en Toluca.REUTERS
Miles de seguidores de López Obrador axisten al mitin en Acapulco.
Miles de seguidores de López Obrador axisten al mitin en Acapulco.REUTERS

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