Los cultivos en alta mar abren nuevas perspectivas a las empresas de acuicultura
Un proyecto en la costa gaditana demuestra la viabilidad de los criaderos del Atlántico
Ni las corrientes marinas, ni los temporales, ni las olas del Atlántico pueden con las jaulas instaladas por el Centro de Investigación y Formación Pesquera y Acuícola El Toruño frente a las costas de Conil (Cádiz). El proyecto ha tenido éxito y, cinco años después de su nacimiento, estos centros de engorde, de un novedoso diseño que soporta cualquier inclemencia meteorológica, están preparados para servir a las empresas de acuicultura. Hasta ahora, estas jaulas sólo podían instalarse en áreas costeras resguardadas, como el litoral mediterráneo.
Los técnicos de El Toruño, el centro de investigación situado en El Puerto de Santa María, han demostrado que la acuicultura en alta mar tiene posibilidades. De hecho, tras dos años en aguas del Atlántico, las jaulas encierran ya más de 5.000 urtas y 3.000 pargos, especies que entraron como alevines y que han alcanzado un tamaño apropiado para el consumo. "Nuestro objetivo era sólo comprobar que las jaulas soportaban los temporales, que no se hundían, ésa era la propuesta del Instituto para la Formación Agrícola, Pesquera y de la Producción Alimentaria (Ifapa), entidad que financia el proyecto; pero como en el centro de El Toruño nos dedicamos también a la producción de alevines, decidimos experimentar", explica José María Naranjo, director del centro.
El proyecto concluirá en septiembre y los investigadores no quieren que su trabajo caiga en saco roto. Ya han contactado con la Cofradía de Pescadores de Conil para ofrecerles el polígono acuícola que quedará instalado en sus aguas. Además, han presentado el proyecto a empresarios del sector, que han recibido este avance tecnológico como una alternativa a los cultivos actuales. Las jaulas en alta mar no sólo multiplican los espacios aptos para la explotación, sino que evitan los principales problemas con que encuentran los cultivos en tierra y litoral. Éstos últimos están sometidos a la ley de Costas y según afirma el presidente de la Asociación de Empresarios de Acuicultura Marina de Andalucía, José Manuel García de la Loma, "entran en colisión con algunas normativas de Turismo". Los otros cultivos, los que utilizan las antiguas zonas de salinas, tienen frenada su expansión porque los juzgados aún no han dirimido si los terrenos son de titularidad pública o privada.
Ajustar costes
Las alrededor de 60 empresas de acuicultura implantadas en Cádiz tenían limitado su desarrollo. La propuesta del Centro de Investigación Acuícola les abre nuevas perspectivas de negocio. "El proyecto ya vemos que es viable. Pero hay que ajustar los costes. La inversión inicial es fuerte. Y los desplazamientos, al ser en alta mar, son más costosos. Habría que buscar el modo de no tener que ir tan frecuentemente a visitar las jaulas", sostiene García de Loma.
Sin embargo, también las pérdidas se reducirían. Los robos de ejemplares, habituales en los cultivos tradicionales, se verían sensiblemente reducidos por la dificultad de acceder a estas jaulas.
"Es el turno de los empresarios, ellos deben decidir", apunta el director de El Toruño. El centro ya ha cumplido con su parte. Ha presentado hasta tres prototipos diferentes de jaula que funcionan en ambientes agresivos. Una de ellas es de diseño español. La idea es sencilla: un círculo flotante del que cuelga la red. La jaula de diseño estadounidense tiene forma romboide, y puede sumergirse al paso de las olas. La tercera, de origen noruego, plantea un diseño más complejo, con una especie de corral es su zona inferior. "En la jaula española es más fácil pescar", señala Naranjo, quien, con todo, añade que cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, y que cada empresario deberá elegir la más adecuada a sus posibilidades.
Las empresas gaditanas producen el 40% de los productos acuícolas de Andalucía, pero la gran apertura de las aguas del Golfo de Cádiz, desde Portugal hasta Tarifa habían frenado su expansión. Ahora, el trabajo de los investigadores les ofrece todo un océano por explorar.
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