Un visionario en Microsoft

Cuando Bill Gates anunció, la pasada semana, que se retirará de Microsoft en julio de 2008, el foco de atención giró hacia Ray Ozzie. La compañía explicó que el jefe de tecnología de Microsoft será quien releve a Gates y, por tanto, se responsabilizará de decidir qué productos y tecnologías debe desarrollar Microsoft a partir de ahora. Para el gran público, su nombre no es ni remotamente tan famoso como el de su antecesor en el cargo, pero en la industria no es sólo tan conocido como él, sino que, posiblemente, está más reconocido.

Ray Ozzie desembarcó en Microsoft en 2005, y lo hizo a bombo y platillo. La multinacional ha sido permanentemente acusada de emplear más tiempo en dinero en copiar innovaciones ajenas que en desarrollar las propias. Pero Ray Ozzie se ha ganado a pulso la fama de innovador visionario. En 1984 inventó Notes, un software de colaboración que después compró Lotus y que aún utilizan millones de personas en todo el mundo. En 1997, fundó Groove, una compañía basada en el mismo tipo de idea (vender programas para la comunicación a través de redes), y entonces empezó a llamar la atención de Bill Gates, que intentó contratarle durante años. Finalmente, lo consiguió en 2005, al estilo Microsoft: compró Groove y nombró a Ozzie como uno de los tres jefes de tecnología de la compañía.

Durante este tiempo, el papel de este ingeniero, de 50 años de edad, ha sido fundamental para volcar a Microsoft en la nueva era del software por Internet. Y su importancia creciente en la compañía no había pasado desapercibida. Nada más llegar a ella, y según asegura la revista Fortune, lideró una reunión de los principales 15 ejecutivos de la empresa para discutir cómo hacerse con el negocio de Internet. Además, ha intervenido junto a Gates en varios foros tecnológicos y ha escrito decenas de documentos sobre los servicios en Red. Ozzie fue nombrado Hombre del año por la revista PC World en 1995 y forma parte del hall of fame (salón de la fama) del Museo de la Industria Informática.

La compañía sabe que nada ha preparado a Ray Ozzie para la tarea de sustituir a Gates con vistas al gran público. Puertas adentro, sin embargo, pocas cosas cambiarán. Hacía tiempo que Gates dedicaba más atención a su fundación filantrópica que a la compañía que fundó hace 30 años. Los inversores parecen saberlo, y confían en este ejecutivo de 50 años, casado y con dos hijos: las acciones de Microsoft cayeron un 0,1% el pasado jueves, cuando Gates anunció su retirada.