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METRO ROCK 2006

20.000 personas vibran con Franz Ferdinand y varios grupos más

La primera jornada de la actual edición de Metro Rock tuvo al calor como protagonista, además de la sucesión de artistas y el colorido que le imprimió el público, mayoritariamente joven y universitario, que celebraba también, de alguna manera, el fin de curso. Pero, como dijeron desde la propia organización, la llegada de la noche, y una temperatura más soportable, animó a que mediada la actuación de los escoceses Franz Ferdinand, a eso de las once de la noche, se registrara el mayor pico de afluencia de gente, que se cifró en 20.000 personas, según los organizadores.

La complicidad mayor se vivió con el grupo escocés, complicidad que también se había vivido un par de horas antes con Macaco y las canciones de su festivo repertorio, bien centrado en las de su último disco, Ingravito. Macaco despachó su tanda con ese raggamuffin, mezclado con rap y rock con acento rumbero, y que tanta afición despierta en Madrid. Metro Rock combina dos escenarios casi al mismo tiempo, cada uno a un extremo del parque, aunque hay una zona media embarullada que hace posible que se puedan oir dos actuaciones al tiempo, cuando coincidían, aunque sin distinguir muy bien las melodías que procedían de uno y de otro. A pesar de que los horarios no iban al cien por cien a los que se habían previsto, era posible escuchar, por ejemplo, el rock electrónico de los catalanes Spunkfool, con el atrevimiento de Macaco, o los últimos compases de rap andaluz de los sevillanos Sólo Los Solo con Franz Ferdinand, el cuarteto de Glasgow que en apenas dos años han conseguido auparse entre los más relevantes del nuevo pop. Abordaron las canciones de su debú homónimo, donde estaba la coreada ayer en Madrid, Take me out, con puntualidad casi británica. El segundo trabajo de los escoceses, You could have it so much better, cargado también de canciones directas y refrescantes, fue, sin embargo, el que conformó la mayoría de su directo.

Al final de su actuación volvió a pasar lo que fue habitual a lo largo de la tarde y de la noche. Sus últimos acordes rebotaron en el parque mientras los argentinos Bersuit, llenos de descaro e imaginación, se apoderaban del escenario pequeño, en la otra punta del Juan Carlos I. En sus casi veinte años de historia, la banda argentina pasa por uno de sus mejores momentos de creatividad, como se percibe en Testosterona, su último disco, producido por ese gurú del rock latino llamado Gustavo Santaolalla, aunque su actuación fue un repaso por toda su carrera.

Era todo un espectáculo ver correr a una buena parte del público yendo de un lado a otro, sin querer no perderse nada y aprovechar todas las actuaciones que Metro Rock proponía. Tarea a veces imposible, pues, por ejemplo, el cancionero de la agrupación que lidera Cordera, el hombre del cráneo rapado, La Bersuit Vergarabat, es divertida y llena de vigor, y más de uno prefirió quedarse a verle terminar, que ser testigo de las primeras canciones de Chambao, que fue el grupo que sucedió a Franz Ferdinad en el escenario principal. Está claro que el eclecticismo es una de las banderas que enarbola el Metro Rock así que de un estilo se pasaba a otro si que el público pareciera perturbarse. La vitalista actuación de Muchachito Bombo Infierno, que en la edición del Metro Rock del año pasado figuraba entre las nuevas propuestas, cerró las actuaciones de la primera jornada del festival.

Macaco, ayer en Metro Rock.
Macaco, ayer en Metro Rock.LUIS MAGÁN
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