El Ararteko reitera la descoordinación en la atención a las maltratadas
Aprecia "buena voluntad" institucional, pero lentitud en los cambios
El Ararteko volvió a insistir ayer en la descoordinación y las deficiencias que presentan las instituciones a la hora de dar respuesta a las víctimas de la violencia doméstica. El ararteko, Iñigo Lamarca, reconoció la "buena voluntad" que ponen las administraciones a la hora de corregir los problemas, pero lamentó la lentitud con la que se están produciendo los cambios y reclamó más ayudas para las mujeres maltratadas.
Lamarca compareció durante hora y media ante la ponencia parlamentaria que analiza las circunstancias de la violencia doméstica. La finalidad de esta ponencia es ir recabando la opinión y los testimonios de expertos en este campo para realizar un diagnóstico preciso de la situación y acertar así con las propuestas. Durante su intervención, el Defensor del Pueblo vasco expuso las carencias institucionales en la lucha contra esta lacra, algo que ya había hecho público en un informe extraordinario publicado hace dos años. La ausencia de una planificación en la asistencia, la insuficiencia de datos que permitan un conocimiento más ajustado de la realidad y las notables diferencias entre la atención que se presta en unos ayuntamientos fueron algunos de los puntos criticados por Lamarca.
Además, también se refirió al capítulo que dedica a las maltratadas en su informe ordinario de actividad correspondiente a 2005. En este caso, el Ararteko ha analizado la opinión que tienen las propias víctimas de los recursos disponibles y de la atención que reciben por parte del sector público. Todas las mujeres sondeadas por los técnicos de la institución coinciden en la necesidad de ayudas económicas por parte de los servicios sociales y en las malas experiencias vividas ante los tribunales, desde un trato incorrecto hasta trámites muy farragosos.
Lamarca reconoció que las instituciones, especialmente los ayuntamientos que son los que primero afrontan el problema, tienen "buena voluntad". Sin embargo, los cambios son lentos y se avanza muy despacio en la coordinación. Los servicios sociales son, precisamente, objeto de las críticas de las maltratadas en el último informe publicado por el Ararteko debido a su descoordinación. Entre otras carencias, destacan los retrasos en las citas, las actitudes prepotentes o discriminatorias en algunos casos de algunas trabajadoras sociales y la denegación de ayudas porque se ha acabado el dinero previsto en el presupuesto.
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