El PP valenciano y sus 'estrellas amarillas'
Vamos a ver, señor conseller Font de Mora, ¿usted a qué juega? Toma la palabra en las Cortes Valencianas y se arranca por peteneras con esta copla: "Si EU-L'Entesa gobernara, acabaría pasando como en Euskadi, donde le ponen una señal a quien habla castellano en el colegio". Para rematar su cante con esta media granaína: "O como pasaba hace tiempo, que ponían estrellas amarillas a no sé quién", refiriéndose a lo que hacían los nazis con los judíos.
Verá usted, señor conseller. Aquí, en el País Valenciano -eso de la "Comunitat" es una estupidez- hubo un momento, cuando la transición, cuando teníamos un Consell preautonómico, en que el director general de la Consejería de Educación, un tal José Manuel Ricart, dictó una orden prohibiendo "que los niños hablasen valenciano en el patio del colegio". Eran momentos en que la educación estaba en manos de la derecha. Es decir, de su sector ideológico. Sí, señor conseller Font de Mora. De quienes, como ustedes, tenían "la lengua como una especie de arma arrojadiza para utilizarla en la confrontación política". Cosa de la que usted acusaba el otro día en las Cortes a EU-Entesa. Pero se equivocó de destinatario. Porque son ustedes, ahora, como sus antecesores, quienes buscan la confrontación política utilizando la lengua. Lo vimos cuando usted irrumpió en una sesión de la AVL, más chulo que un Millán Astray, para imponer que los señores académicos no aprobasen la unidad de la lengua. Lo estamos viendo, ahora, con su recurso ante el Tribunal Constitucional para que anule una sentencia del Supremo que aprueba la homologación de los títulos concedidos en valenciano y catalán. Y lo vamos a ver día a día de aquí a las próximas elecciones del 2007. Ustedes, señor conseller, van a utilizar la lengua como argumento político, como "arma arrojadiza" contra valencianos de bien.
Porque es que ustedes no tienen un proyecto político para este país, para este conjunto de ciudadanos que vivimos en el territorio que va de Vinaròs a Oriola. Sí lo tienen para el territorio: construir una especie de línea Maginot, a base de ladrillo y cemento, a lo largo de la costa. Y a favorecer, con sus PAI, la especulación en el interior. Tienen abandonada la economía productiva y la agricultura. Las infraestructuras escolares están de pena. El pasado viernes se concentraban ante el domicilio político del señor Camps, representantes del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (STE-PV), del Bloc, del sindicato independiente de profesores (AFID) y la adhesión de Acció Cultural, pidiendo "Colegios e institutos dignos. No a la masificación. No a los barracones". Según el STE-PV, falta por construir el 17% del los centros programados en el mapa escolar de 1996. ¡Y el señor Camps, las pasadas elecciones, prometía inaugurar un colegio cada semana! ¿No se acuerdan?
Y no hablemos del desastre de Terra Mítica, del que ustedes huyen sin querer contribuir a esclarecer eso de las facturas falsas y las denuncias de la Agencia Tributaria; o del follón del Ivex y los pagos a Julio Iglesias. O negándose a esclarecer por qué las obras públicas que ustedes emprenden siempre nos cuestan a los valencianos mucho más de lo presupuestado. Etc, etc.
De momento, las "estrellas amarillas" las van a poner ustedes a la izquierda y a los nacionalistas. La "estrella amarilla del catalanismo". Los judíos son -somos- los "catalanistas". Los otros... son ustedes. El presidente Camps ya se cuidó de denunciar en las Cortes que "la formación de Ribó y la de Carod Rovira tienen pacto secreto y catalanista de aviesas intenciones". Así que "estrella amarilla" para el señor Ribó y su formación. Para que el pueblo valenciano se entere. Mientras, ustedes van ocultando su desastrosa utilización del erario público.
Como valenciano, como nacionalista y como liberal, he venido defendiendo desde la posguerra los intereses de este país, que es el mío, en el sector económico, el cultural y el social. Nunca imaginé que, con la democracia, íbamos a tener unos gobernantes de derecha tan cutres y coents como ustedes. Algunos representantes de la derecha valenciana, durante el franquismo, tenían más sentido común. Nunca se hubiesen atrevido, por ejemplo, a usar la lengua como arma arrojadiza para enfrentar a los valencianos. En fin...
fburguera@inves.es
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