Vuelven las enfermedades 'de toda la vida'
Los casos de paperas, sarampión y rubeola aumentan entre los que no se vacunaron de pequeños
En lo que va de año, las paperas han aumentado un 159%, el sarampión un 3.660% y la varicela un 27% con respecto al año pasado. La sífilis se mantiene alrededor de 500 casos, parecido a 2005, pero por encima del umbral considerado "epidémico" por el Centro Nacional de Epidemiología. ¿Qué está pasando?
En el último brote de sarampión de Almería, la mayoría eran adultos españoles que ya no eran niños cuando se empezaron aquí las campañas de vacunación, en 1986, explica el coordinador del Grupo de Atención Inmigrante de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), José Vázquez.
Pero si el virus hubiera llegado a los grupos de trabajadores inmigrantes, con sus condiciones de vida, es posible que se hubiera extendido, señala este especialista. "No se trata de enfermedades de inmigrantes, se trata de enfermedades de pobres", zanja el médico. Muchos adultos españoles están inmunizados porque las padecieron en su infancia, sobre todo los mayores de 35 años. Otro dato en la misma línea: el Centro Nacional de Epidemiología (http://www.isciii.es) ha registrado en los primeros seis meses del año 60 casos de paludismo. "Todos importados. Lo traen los cooperantes, los viajeros, los turistas", apunta Vázquez.
"Sucede que hay un grupo de población española, entre los 22 y los 35 años, que no se vacunó con la triple vírica [sarampión, rubeola y paperas]", dice la jefa del servicio de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Sanidad, Isabel Pachón. Además, "ninguna vacuna es eficaz al 100%. Y de los tres componentes de la triple vírica, la de las paperas era la menos eficaz", indica Pachón.
El jefe del servicio de medicina tropical del hospital Carlos III de Madrid, Sabino Puente, coincide. "El sarampión, por ejemplo, sí fue una persona que podríamos llamar inmigrante, pero no en el sentido de latinoamericano o subsahariano. Era un inglés", dice el médico. "El inmigrante que viene es el más sano que hay", afirma, "y no viene con otras enfermedades que las que ya existen aquí: hepatitis, sida o sífilis". Puente, sin embargo, admite que ve en su consulta algunas dolencias típicas de países tropicales, raras y de las que se sabe poco. "Pero no son peligrosas. La más frecuente es el mal de Chagas. Pero no tiene riesgo y no se contagia, porque el parásito que la causa y la transmite no vive en España", indica.
"Esas enfermedades, y otras muchas infecciosas, encuentran en las condiciones de vida que sufren muchos extranjeros un caldo de cultivo ideal. Muchos vienen de países que no tienen planes de vacunación. Y luego, la pobreza les obliga a vivir hacinados, en un contacto estrecho que favorece que el virus se transmita. Pero ellos no son la fuente. El inmigrante es generalmente un adulto joven y sano, que viene a trabajar", recalca Vázquez.
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