Miedo a Ucrania
Los problemas se acumulan en las relaciones energéticas entre Rusia y Ucrania, pero en Kiev todavía no hay Gobierno ni interlocutores válidos. Ucrania debía 400 millones de dólares (320 millones de euros) por suministros de gas ruso a principios de esta semana, después de saldar 200 millones de dólares con ayuda de un crédito, según afirma Alexandr Medvédev. Los rusos se impacientan por negociar los nuevos precios de sus suministros de gas, ya que el actual (95 dólares por mil metros cúbicos) sólo es válido hasta finales de junio.
A los dirigentes de Gazprom les preocupa que, de estar en apuros, Kiev pueda verse tentada a desviar en provecho propio el gas que pasa por su territorio en tránsito hacia el mercado europeo. Análoga situación se produjo a principios de este año, pero la atención internacional se centró más en la prepotencia de Gazprom y el breve corte de suministro de los rusos durante las negociaciones de los precios que en el comportamiento de Ucrania, que se quedó con parte del gas destinado a Europa.
"Si el invierno es duro, los ucranios, o bien tendrán que recortar bruscamente su consumo, lo que es difícil de esperar porque piensan sólo en sí mismos, o bien tendrán que tomar gas del gasoducto de tránsito, lo que llevará a nuevos recortes de gas a Europa y supondrá una violación de nuestros contratos", señala Medvédev. Moscú había considerado que la separación de sus contratos con Ucrania (uno de tránsito de gas hacia Europa y otro de suministro bilateral) clarificaba las relaciones con su vecino eslavo, pero no ha sido así.
Otra incógnita son los depósitos subterráneos de gas en Ucrania, que están destinados a regular los suministros locales en caso de un brusco aumento de la demanda interior. Kiev ha sacado gas de esos depósitos, pero no lo ha repuesto, lo que hace temer que sus reservas serán deficitarias al llegar el invierno. En el futuro, Rusia no podrá prescindir de Ucrania, pero sí rebajar su dependencia en 2011, cuando comience a funcionar el gasoducto del Norte, por el fondo del Báltico, directo a Alemania y que reducirá el tránsito por Ucrania de un 80% a un 60% de las exportaciones rusas de gas a Europa.
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