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Los obispos celebrarán una asamblea especial para reflexionar sobre la unidad de España

Pujol y decenas de católicos catalanes reprochan al episcopado que adopte una tesis política

Por primera vez en su historia, la Conferencia Episcopal se va a reunir en sesión extraordinaria el miércoles y jueves de la próxima semana. Motivo: reflexionar sobre la unidad de España. Es probable que la larga reunión de los prelados del catolicismo español -120, entre cardenales, arzobispos, obispos residenciales y auxiliares- concluya con la publicación de un documento sobre la unidad nacional, como viene reclamando el cardenal primado de Toledo, Antonio Cañizares. Éste sostiene que la unidad del país es una cuestión moral. Es el vicepresidente de la Conferencia Episcopal. En cambio, otros prelados, en especial los de las diócesis catalanas, vascas y andaluzas -entre ellos, el presidente de la conferencia y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez-, no apoyan esa idea e intentan frenar la publicación del documento.

Creada tras el Concilio Vaticano II en 1965, la Conferencia Episcopal celebra dos asambleas anuales, una en primavera y otra en otoño. Nunca había hecho una excepción a esa regla en estos 30 años, y la excepcionalidad de la reunión de los próximos días 21 y 22 ha desatado las alarmas entre los católicos nacionalistas, expresadas ayer en público por Jordi Pujol, ex presidente de la Generalitat de Cataluña y católico practicante.

Pujol mostró esa preocupación en el curso de verano que, con el título Catolicismo y España, han organizado en Madrid la Universidad San Pablo-CEU y la Fundación García Morente, tras la que está el arzobispado que preside el cardenal Antonio María Rouco, también partidario de la idea de Cañizares.

El ex presidente de la Generalitat puso incluso título al probable documento episcopal: La unidad de España como bien moral. "Me preocupa que el episcopado traiga ahora puntos de desafección, como esa cuestión de que la unidad de España es un bien moral. Porque de ahí se están suspendiendo otras cuestiones que ya hemos oído en otras ocasiones, y que además de tristes considero que no son tema en el que deba entrar el Magisterio", dijo.

El político catalán agregó que este tipo de cuestiones conllevan "adherencias del pasado y de todo tipo", así como políticas sobre el concepto de unidad que a veces ha defendido la Iglesia católica y que "para nosotros son muy negativas", dijo.

Las protestas de Pujol, sobresalientes porque se produjeron en uno de los corazones del episcopado madrileño -la gran universidad de la Asociación Católica de Propagandistas que fundó el cardenal Ángel Herrera Oria, y ante sus máximos dirigentes-, llueven sobre mojado. En 2002, en el documento Valoración moral del terrorismo, el plenario de los obispos ya execró duramente contra los nacionalismos como origen de violencias y exclusiones, ante la protesta de varios prelados y numerosos teólogos.

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Misma cuestión

Ahora se reproduce la misma cuestión, esta vez con la firma de una treintena de católicos catalanes, entre los que figuran obispos y dirigentes religiosos y renombrados políticos e intelectuales.

"La misión de la Iglesia goza de la fuerza del Espíritu cuando se ciñe a su contenido evangélico. Como hijos e hijas de Dios, no podemos soslayar la responsabilidad que sentimos de liberar el anuncio de la salvación de adherencias históricas, culturales o políticas que podrían obstaculizar su acogida. Ante la eventualidad de que en el transcurso de los próximos días la Conferencia Episcopal Española apruebe un documento pastoral en el que se sacraliza la idea de la unidad de España, equiparándola a un bien común superior, los abajo firmantes, obispos, sacerdotes, religiosos, laicos y laicas, queremos expresar con todo respeto nuestra inquietud. Unidad quiere decir uniformidad, centralismo y jacobinismo. La supuesta unidad no es un bien pastoral, sino una propuesta política", dice el primer párrafo de la titulada Carta abierta al episcopado español.

Firman, entre otros, el obispo emérito de Girona, Jaume Camprodon; Sebastiá Bardolet, abad emérito del monasterio de Montserrat; Joan Batlles, ex vicario episcopal de la Archidiócesis de Barcelona; Josep Benet, historiador y ex senador; varios ex consejeros de la Generalitat y Josep Antoni Duran i Lleida, presidente de Unió Democràtica de Catalunya.

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