El PSE sostiene que la reforma del acceso de Begoña no garantiza la seguridad vial
El PSE de Bilbao rechazó ayer la reforma de una de las principales vías de entrada a Bilbao, el acceso por el túnel de Begoña y el puente de La Salve, cuyas principales obras se acometerán el próximo año. El portavoz socialista Txema Oleaga lo calificó de "parche" el proyecto y opinó que no garantizará la seguridad vial y la de los peatones.
Este acceso, que a lo largo de 2,7 kilómetros absorbe gran parte del tráfico que procede de San Sebastián a través de la carretera general, está en debate desde hace 17 años. Cerca de 100.000 vecinos de los barrios de Santutxu, Txurdinaga y Uribarri ven dificultadas sus comunicaciones por el tránsito de 65.000 vehículos diarios y han pedido con insistencia el soterramiento de la carretera. Pero el PNV, que gobierna el Ayuntamiento y la Diputación de Vizcaya, ha decidido mantener el vial en superficie y transformarlo en una vía urbana donde no se puedan rebasar los 50 kilómetros por hora, como realizó con el acceso de Juan de Garay. Desde la gran rotonda que se construirá sobre la actual bajada al Ayuntamiento y hasta la Basílica de Begoña se creará un bulevar peatonal de 460 metros de longitud y 20 metros de ancho, incluyendo un bidegorri.
Sin medidas alternativas
Las obras empezaron a finales del pasado año, pero los trabajos más complicados, como la construcción de dicha rotonda, que obligará a eliminar el actual paso inferior hacia el puente del Ayuntamiento, se acometen desde la pasada semana. La Diputación ha reconocido que desde la primavera de 2007 y durante todo 2008 se producirán importantes afecciones del tráfico.
El socialista Txema Oleaga criticó que el proyecto no incluya una redistribución de tráficos, la potenciación del transporte público y la creación de aparcamiento disuasorios. "Sólo puede llevar y provocar embotellamientos permanentes", valoró. Aseguró que el bulevar previsto es "un parche" que no mejora la seguridad peatonal y defendió el soterramiento como la única medida que garantiza el tráfico sin posibles percances, "tal y como en su día se diseñó, se analizó y se aprobó en el Plan General".
Oleaga censuró que el diputado foral de Obras Públicas y Transportes, Eusebio Melero, "se limitarse" a afirmar la semana pasada, al presentar el proyecto, que "quieren amabilizar el tráfico y que van cambiar el asfalto actual por otro".
La construcción de la rotonda absorberá casi 12,2 millones de euros, cerca de la mitad del presupuesto total de la reforma, que superará los 25 millones. La remodelación viaria dejará el transito diario en cerca de 30.000 vehículos, la mitad de los actuales. Las autoridades confían en que la movilidad se desplace a la llamada nueva línea del metro en esta zona, consistente en la prolongación del trazado de Euskotren desde el Casco Viejo hasta Uribarri.
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