Los pilotos de Iberia amenazan con paros para defenderse de la filial Catair

El presidente de Iberia, Fernando Conte, y el responsable del sindicato de pilotos SEPLA en la empresa, Bernardo Obrador, se reunieron en la mañana de ayer durante casi cuatro horas sin alcanzar ningún acuerdo respecto a la aerolínea de vuelos baratos Catair en la que participa la compañía de bandera.

Los pilotos consideran que esta "filial encubierta" de Iberia amenaza la continuidad de sus puestos de trabajo y advierten de que llevarán a cabo todas las "acciones legales y sindicales a su alcance, entre las que incluye una huelga que podría desarrollarse a lo largo de todo el verano".

Iberia asegura que la creación de la nueva aerolínea "no afecta" a sus empleados y que su estrategia de crecimiento en el largo radio (en detrimento de un mercado nacional "cada vez más competitivo con las líneas de alta velocidad y las líneas de bajo coste") potencia precisamente los vuelos que "más gusta" realizar a los comandantes.

La compañía de bandera insiste en que la aerolínea de bajo coste aumentará la presencia de su grupo un 50% en viajeros y destinos en Barcelona, donde se ha levantado una gran polémica política con el anuncio de que Iberia dejaría de operar la mayoría de los vuelos en la capital catalana. "Esto supondrá que los pilotos de Iberia dejarán de hacer todas estas rutas, algo que el sindicato responsablemente no puede permitir", dice el SEPLA en un comunicado.

El sindicato pretendía que la compañía "garantizara a los pilotos el mantenimiento de sus puestos de trabajo, al igual que ya lo ha hecho con los colectivos de tierra", a los que la empresa ya ha asegurado que las labores de mantenimiento y de handling de Catair las realizará el personal de Iberia.

Aunque la compañía formalmente sólo tiene el 20% de la sociedad Catair (en la que participan otros cuatro socios) los aviones con los que operará a partir del otoño (entre tres y cinco) serían aportados por la antigua compañía pública. La contratación y formación de los pilotos para la nueva aerolínea se está realizando a través de una empresa en la que Iberia participa (también con un 20%) junto a la canadiense CAE (80%).