Ciencia en televisión

Es obvio que la educación, en lo concerniente a la transmisión de valores y actitudes, no es competencia exclusiva de los centros escolares. Sin embargo, ni las familias ni los medios de comunicación se sienten, en general, comprometidos con la educación científica de los jóvenes. El fracaso en nuestro país de la serie de TV Numb3rs -a pesar de haber llegado con el aval de su rotundo éxito en países avanzados como EE UU (donde es emitida por la CBS los viernes en horario prime-time), Suecia, Australia, Alemania, Holanda, Reino Unido, Israel e Islandia- me parece muy significativo. Por si se perdieron los pocos capítulos emitidos por Antena 3, les diré que la serie está protagonizada por un agente especial del FBI y su hermano matemático, a quien recurre aquel para la resolución de casos difíciles. Los guionistas se inspiran en hechos reales y cuentan con el asesoramiento de matemáticos. Su método de trabajo lo expusieron en la última reunión anual de la American Association for the Advancement of Science ante más de 200 congresistas. Los lectores interesados en dicha metodología pueden informarse en el artículo de cabecera del número de abril de SIAM News (el boletín de la sociedad matemática homónima) o en las interesantes blog de algunos asesores, fáciles de localizar con los rastreadores de Internet.

Es preocupante que las cadenas dediquen a las ciencias menos del 1% de su tiempo de emisión y primen la parapsicología

Guiones al margen, lo interesante de Numb3rs es el acuerdo alcanzado entre CBS, Texas Instruments (TI) y la sociedad de profesores de matemáticas National Council of Teachers of Mathematics para poner en marcha un programa educativo orientado a "promover la utilización de las matemáticas y potenciar su enseñanza". Tres semanas antes de la emisión de cada episodio, los profesores de educación secundaria y universitaria de los EE UU que colaboran en el proyecto reciben el guión del mismo y, sobre esa base, elaboran una guía didáctica que comienza planteando el problema forense clave del episodio, selecciona un modelo matemático adecuado, lo analiza, discute métodos numéricos para su resolución empleando, cuando se tercia, calculadoras programables (del tipo de las producidas por TI, que rentabiliza así su patrocinio), aporta un cuestionario para provocar una discusión en clase, proporciona una lista de ejercicios y concluye con una lista de documentos impresos y electrónicos, desde divulgativos hasta avanzados. Tales guías son descargadas de la web de la serie por los profesores de matemáticas interesados en utilizar esta herramienta en sus institutos o universidades y por padres dispuestos a ver los episodios en familia al objeto de fomentar el interés de sus hijos por las matemáticas. Para que se hagan una idea del contenido y nivel de las guías, ahí van los títulos de las ocho primeras (de las más de 50 disponibles): sudokus, probabilidad y regresión logística, teoría de juegos, el teorema del binomio, paseos aleatorios y el número pi, simulación, teoría de grafos y números de Ramsey y sucesiones recurrentes.

Mientras tanto, en España, con honrosas excepciones como este diario, ni las familias ni los medios de comunicación creen que estimular el interés de los jóvenes por las ciencias sea de su incumbencia. Antena 3 emitió Numb3rs los martes, a medianoche, sin advertir de la existencia de unas guías didácticas que hubiesen traducido gratuitamente los matemáticos españoles. Es preocupante que el conjunto de las televisiones de cobertura nacional dediquen a las ciencias menos del 1 % del tiempo de emisión y que osen incluir en sus parrillas programas sobre parapsicología, ufología, milenarismo y otras sandeces semejantes. Hasta la cadena SER cuenta con su programa de pseudo ciencia ocasionalmente emitido desde universidades. Mientras la OCDE se alarma por el descenso de vocaciones científicas, nuestras administraciones no mueven un dedo para estimular la demanda de las carreras de ciencias, pues para algo está la mano invisible del mercado. ¿Cómo sorprenderse de que los españoles consideren (FECYT, 2004) la astrología tan científica como la estadística o la economía, y más que la historia?

Miguel Ángel Goberna es catedrático de Estadística e Investigación Operativa en la Universidad de Alicante.