El chismorreo globalizado
Palizas
Parece un tanto desmesurado que entre los objetivos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo figure la pretensión de imponer al Gobierno las medidas a tomar para acabar con quienes les victimizaron
Todos hemos soportado al paliza de medianoche que trata de pegar la hebra con sus ocurrencias de borrachín mientras uno toma alguna copa con los amigos, pero entonces, al menos, podías verle la cara, observar sus gestos, calibrar su compostura, escuchar su voz, invitarle a otra copa si te caía bien. En los blogs de la red se trata exactamente de lo mismo, aunque mucho más marcado por el onanismo de la palabra escrita. No se dice ni se habla: se escribe con una desenvoltura, preciosa para los psicoanalistas profanos, prenda del anonimato. A medio camino entre el estado de carencia y la atención flotante, los blogs, más que comunicar, describen el hilo de una actualidad en la que creen intervenir a su manera, anónima tantas veces, en una feria muda de las vanidades, donde siempre brillan las ingeniosidades de prestado. Si la firma al pie de una carta certificaba tanto la identidad del remitente como su narcisismo, los acrónimos del blog remiten sin remedio a la impostura adolescente.
Pobre Wilder
Se cumplen cien años del nacimiento de Billy Wilder, y Fernando Trueba, Oscar en 1994 por la animosa Belle Epoque, se descuelga en la cadena TCM con un documental en memoria del maestro. Nada que objetar, salvo un detalle. En el documental no queda claro si los chistes y anécdotas que Trueba va narrando son fruto o no de sus encuentros privados con Wilder. Pero las casualidades siempre son puñeteras. Todo lo que cuenta Trueba, con pelos y señales, aparece en el libro Nadie es perfecto, donde se reproduce una muy larga conversación de Hellmuth Karasek con el cineasta vienés, publicado por Grijalbo en 1993. O Billy Wilder se dedicada a engatusar al oyente contando siempre lo mismo y en los mismos términos, o Trueba es un memorioso lector de Karasek. Por lo demás, nada nuevo sobre el chiste final de Con faldas y a lo loco, versión apenas corregida de otro que recoge Freud en su obra sobre el chiste y el inconsciente. Es raro que nadie lo mencione.
La extraña pareja
No es imprescindible ser seguidor de Lombroso para observar en algunas jetas esas características que desaconsejan frecuentar algunas compañías. La cara es el espejo de algo, no se yo si del alma o de la función hepática, cuando no de algo peor. ¿Es casualidad que la sonrisa infantil del Papa Ratzinguer que nos espera contraste tan vivamente con una mirada de alienado repleto de fervor? ¿Y qué decir de las turbias expresiones de Angel Acebes y de ese tal Francisco José Alcaraz que se hace la víctima para incordiar cuanto más peor a los socialistas? Pues que sus palabras desdeñan desmentir lo que la prosopopeya del gesto canta. En uno de sus alardes de ferocidad menguante, el Angel se suelta con que el proyecto Zapatero es el proyecto de ETA (ay, Savater; ay, Arcadi Espada) mientras que el Alcaraz exige la verdad sobre el 11-M. Podría preguntarle a su compinche Acebes, ministro de Interior cuando la masacre, ese desgraciado que tildó de miserables a quienes no comulgaran con sus embustes.
Territorios, ciudadanos
Hay una ridícula campaña según la cual los estatutos o las constituciones deben amparar el derecho de los ciudadanos frente al territorial. Será por eso que la Constitución Española se atiene a derechos universales en lugar de centrarse en lo que nos toca más de cerca, en un territorio que se designa como España. Estupendo, y muy puesto en razón. Es una consigna artificiosa (o artificiera) y un tanto rústica que de pronto, como gran epifanía, repiten todos como loros, desde Boadella hasta Rajoy, pasando por la Brunete mediática de la oposición, e incluyendo a algún que otro cargo político de periferia que no sabe lo que dice. ¿O es que no se legislan políticas territoriales en beneficio, o no, de los ciudadanos? Esa distinción un tanto chusca es la munición pesada y pasada que se usa nada menos que contra los nacionalismos. Y en esperanto.
Como siempre
Si los niños aprenden en el colegio a leer y a sumar, no veo por qué no deben aprender también a ser ciudadanos respetuosos. La futura asignatura de educación para la ciudadanía llenará un hueco de manera no estrictamente religiosa. Por eso no extraña que la asociación católica de padres haya saltado diciendo que el proyecto podría suponer una "grave e irresponsable intromisión en el campo de la conciencia personal". Se ve que no tienen ocasión de escuchar lo que dicen sobre ellos sus hijos adolescentes en los baretos mientras se lían el porro. Un diputado del PP va y dice que cualquier asignatura que no tenga el respaldo de la ciencia se convierte en instrumento de adoctrinamiento. Vaya por dios, después de tantos años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.