"Hueles a atún, como papá"

Rafael Márquez, 35 años, conocido entre sus compañeros como El Chapista, siempre ha olido a atún. Él y sus antepasados. Desde su bisabuelo, en su familia ha habido siempre trabajadores en la almadraba. Pero los tiempos vienen difíciles. "Volverse a casa sin nada es muy triste", dice en el barco al comentar la escasez actual de ese pescado. Pero esta vez la levantá no parece mala. "¡Arría, arría!", grita a un compañero. Varios hombres se han tirado al agua. Dan un corte de cuchillo en la agalla para asegurar una muerte rápida y una carne de máxima calidad. En Japón, la enorme demanda de estos ya escasos animales dispara los precios.