"Este año no he tomado cava catalán"

"Esta vez Alejo [Vidal-Quadras] no se ha movido bastante", se queja Josefina, a la espera del autocar que la llevará a la manifestación convocada en Madrid por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Son las seis de la mañana y sus compañeras ya le han confirmado que sólo dos autocares partirán de Barcelona, financiados por el PP, según la asociación, si bien el PP catalán asegura que su organización no lo ha costeado. La Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo (ACVOT) se ha desmarcado de la convocatoria por considerarla "partidista".

"A mí no me gusta que me paguen el autobús, no quiero que digan que nos dan el bocadillo", explica Josefina. Ella no ha sido víctima del terrorismo, ni su familia, ni la mayor parte de los manifestantes de Barcelona, "Estamos aquí por solidaridad con las víctimas y en contra de la negociación con ETA", dice José, militante del PP y miembro del Foro Ermua.

La mayor parte se identifica como militante o simpatizante del PP. Son la derecha del cinturón rojo de Barcelona. Algunos de ellos dicen que alguna vez votaron a Felipe González —como confiesa uno de ellos, de repente—, muchos de los cuales creen que Josep Piqué, el presidente del PP catalán, es "un nacionalista" emboscado, que se les ha colado en casa, según Ángel.

A diferencia de los autocares escolares, los más habladores se sientan en el fondo norte. Ángeles no entiende cómo el Gobierno se sienta a hablar con "asesinos", su compañero cree que Zapatero "odia a España". José replica que el Gobierno "cerrará la herida en falso si pretende acabar con el terrorismo a cambio de un precio político". Ángel entra en liza. "No se ha contado la verdad del 11-M". Y a todo esto, Rosa pregunta: "¿Quién se ha traído paraguas?". El debate no da tregua en las ocho horas de viaje. Una vez en la Puerta de Alcalá, Josefina saca su bocadillo del bolso,

Los 150 manifestantes que suben en Vizcaya a tres autocares fletados por la AVT piden "dignidad". "La suerte que tiene el Gobierno español actual es que la gente está aborregada, anestesiada. Sólo piensan en el Mundial o en ir a la playa y no se mueven ni por las víctimas, ni por la libertad. No hay dignidad".

El hombre que habla no quiere dar su nombre. "Soy un español que trata de tener sentido común". Vive en Francia, ha visto las movilizaciones de los ciudadanos galos contra el contrato del primer empleo y se rebela ante la "apatía y pasividad" que ve en su país frente a asuntos más graves como el terrorismo. Por eso, por segunda vez en un año, va a Madrid a protestar.

La mayor parte de manifestantes de Bilbao sale del número 89 de la Gran Vía, donde tiene su sede el PP. "La gente en el País Vasco tiene miedo y ha perdido el alma", comenta una viajera a otra antes de subir al autocar. "Estamos menos que la otra vez. ¿No te parece?".

Allí, delante de las cámaras de televisión que graban la salida de los autocares, los viajeros se explayan, arremeten contra Zapatero por "dejarse chantajear por los asesinos" y, con la boca pequeña, sin dejarse oír, señalan a determinados medios de comunicación.

Una vez en los vehículos, sólo algunos viajeros se calientan para la concentración con comentarios no contra ETA, sino contra el Gobierno de Zapatero y su política antiterrorista y territorial. "Yo este año no he tomado cava catalán. Que apechuguen con las consecuencias, ellos son los quieren romper España", dice una mujer.

La mayoría hacían el recorrido con un mismo sentimiento que expresó Fuensanta Carrillo, hija de un antiguo jefe de Estación de Atocha. "Zapatero es un traidor. No tiene el permiso de todo el pueblo español para conversar con los terroristas después de toda la sangre que ha corrido y además siguiendo la agenda que marca Otegi. Siento mucha rabia por las víctimas", reconoce Fuensanta, durante el trayecto a Madrid.