Va de trenes
¿Se acuerdan ustedes de aquel tren de vía estrecha "de interés estratégico militar"? Sí, aquel que no se pudo tocar hace veinte años en el Plan General Urbano de Bilbao debido a esa calificación: el que entra por Basurto a la capital vizcaína, el de FEVE. Pues al final se han reunido las autoridades implicadas y se han hecho la foto histórica para el inicio del soterramiento de las vías -aunque las fotos debieran dejarlas para cuando se termine la obra, que la catedral nueva de Vitoria se inició antes de la dictadura de Primo de Rivera y la medio acabaron poco antes de que finalizara la de Franco-. Pero es una buena noticia para los vecinos afectados, que, tras las celebraciones oficiales, con un poco de tesón en el seguimiento y un cierto descreimiento evangélico como el de Santo Tomás (hasta ver no creer), al final verán cómo hasta se hacen las cosas.
Ha sido una semana de acontecimientos ferroviarios porque al final resulta que la Y vasca, un trazado ferroviario al que poéticamente calificaba como el tren a ninguna parte, un supermetro regional para unir las tres capitales, ya tiene previsto un nuevo enlace hacia fuera. A la espera de que termine de concretarse con plazos la conexión con la línea europea que, procedente de París, terminará en Lisboa tras pasar por Madrid, se anuncia la propuesta para abordar el enlace con Navarra en alta velocidad, que permitirá la interconexión con la línea Madrid-Zaragoza-Barcelona, y en el futuro, con el Mediterráneo.
Pero los que han perdido no ya el tren sino el metro de la historia son los vecinos de Basauri, que se quedan sin él después de escuchar las razones técnicas que les dio el correspondiente funcionario sobre la inviabilidad de hacer una estación del suburbano, ni en la zona de cocheras ni en los aledaños. Si a los de Basauri les urge viajar con rapidez a Bilbao, lo que podrán hacer en un futuro es ir hasta Durango, coger el tren de alta velocidad y presentarse así a toda marcha en la capital. Profundas tienen que ser las razones técnicas del funcionario del metro para dejar a esta populosa localidad sin metro durante bastantes años, cuando el trazado llega hasta su término municipal. Mucha alta velocidad para unas cosas y para otras...
No está mal que nos fijemos en el tren como medio de transporte del futuro porque nuestras carreteras, por mucho que se invierta en ellas, no dejan de estar colapsadas un día sí y otro también. Hace veinte años los británicos, cuando mandaba la señora Thatcher y ésta se propuso que todo el mundo llegase en coche a su trabajo, descubrieron tras la experiencia que mientras la ampliación de las infraestructuras viales para los automóviles se desarrollaban en progresión aritmética, los coches las ocupaban en progresión geométrica. Es decir, ante el aumento de la circulación automovilística se pueden adoptar medidas paliativas, pero no existe solución haciendo más autopistas, salvo que el petróleo hunda la sociedad del automóvil. Si ocurre lo peor, el fin de esa sociedad, el mapa de asfalto vacío que dejen las autopistas lo ocuparemos para patinar o jugar, como sucedía en aquellas escenas casi apocalípticas cuando en muchos países de Europa se prohibió circular en coche los días festivos durante la crisis energética provocada por la OPEP de principio de los setenta. Está bien, pues, que nos fijemos en los trenes y que conduzcan los apasionados del volante.
Aunque a Basauri no llegue el metro, nos vamos moviendo aunque no sepamos hacia qué parte. Quizás sea un vicio de la postmodernidad el moverse sin saber adónde. Para eso no importa el medio y, por consiguiente, tampoco importa el fin. Lo único humildemente cierto es que ya hay una decisión política para soterrar las vías de FEVE y que la Y vasca ya no podrá ser poéticamente calificada por mí como "tren a ninguna parte". Sin embargo, para los vecinos de Basauri el metro seguirá siendo, ya puestos en esa tesitura, un tranvía llamado deseo.
Algo tendrá que haber para que nuestros gobernantes tomen tantas decisiones ferroviarias. ¿Algún plan estratégico de comunicaciones, conectado, en coherencia y correspondencia, con un nuevo plan energético? En el caso de FEVE, seguro que nada; sólo que, tal como está esa vía, molestaba y hacía feo. El pensamiento es cosa del pasado. Se lo digo yo.
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