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Entrevista:DALE JORGENSON | CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD

"Europa debe enfatizar el impulso de la productividad"

El teórico de la nueva economía insta a una pronta liberalización de los servicios en la UE

Dale Jorgenson (Montana, 1933) es uno de los grandes teóricos de la nueva economía, del valor de la productividad, del peso de las nuevas tecnologías de la información en el crecimiento económico y de la aparente desaparición de los históricos ciclos expansivos y recesivos. Jorgenson es catedrático de la Universidad Samuel W. Morris (Universidad de Harvard), donde trabaja desde 1969.

Experto en economía y estadística, Jorgenson constata que el crecimiento sostenido de la economía de Estados Unidos desde 1990, una pauta que se mantiene en la actualidad y que pasó por encima del tremendo impacto de los atentados del 11-S de 2001, es fruto del increíble avance de las nuevas tecnologías de la información. "En los sesenta, viajar desde Nueva York a Madrid costaba siete horas y 500 dólares", ilustra, "si la tecnología aérea hubiera evolucionado desde entonces al mismo ritmo que la informática, hoy el mismo viaje duraría un segundo y costaría un centavo".

"El foco del crecimiento se ha desplazado hacia los servicios financieros y comerciales. Ahí es donde se desarrolla la acción"
"La mitad del crecimiento económico en Estados Unidos desde 1995 es atribuible a la inversión en tecnologías de la información (TIC)"

La Unión Europea, sin embargo, no ha sido capaz de mantener el paso. La productividad en Europa está a la baja desde 1990. Irlanda o Finlandia constituyen casos aislados, según el experto, que insta a una liberalización de los servicios en el Viejo Continente, esencialmente financieros y comerciales. "La mitad del crecimiento económico en Estados Unidos desde 1995 es atribuible a la inversión en tecnologías de la información (TIC)", sentencia.

Jorgenson estuvo hace unos días en Valencia en una jornada técnica del programa EU Klems, un proyecto que impulsa la Unión Europea para medir el impacto económico de las TIC.

Pregunta. ¿Microsoft ha pulverizado los ciclos económicos?

Respuesta. No ha sido Microsoft, ha sido Intel. La evolución de la informática es algo que se aprecia en la complejidad de la tecnología. El número de transistores, interruptores, que contiene cada chip informático ha crecido de forma exponencial. Cuando se empezó a desarrollar esta tecnología, los chips contenían unos dos mil transistores, hoy albergan casi mil millones.

P. Pero los precios de los equipos informáticos bajan y bajan.

R. Los precios de los semiconductores han caído en torno a un 40% al año desde 1985 y esa caída se aceleró después de 1995 hasta un 60% al año. Los precios caen debido a la evolución tecnológica. Y la gran demanda, a su vez, favorecía una gran inversión, que impulsó todo el crecimiento económico en su conjunto.

P. ¿Cómo han alterado las TIC el modelo de crecimiento?

R. Se tiende a asociar el crecimiento económico a la capacidad de producción manufacturera, pero la revolución de las TIC ha desplazado el foco del crecimiento hacia los servicios y, en concreto, hacia los servicios financieros y comerciales. Ahí es donde se desarrolla la acción.

P. ¿Por qué la Unión Europea no se ha beneficiado de la misma forma de las TIC?

R. La gran diferencia entre Estados Unidos y Europa es que desde hace 200 años Estados Unidos tiene algo parecido a un mercado nacional en el que hay una intensa competencia comercial, de servicios, financiera, entre diferentes sectores, entre Nueva York, San Francisco, Chicago... En Europa la competencia es muy incompleta, como consecuencia los sectores de servicios crecen despacio, la productividad crece despacio y la inversión en TIC crece despacio.

P. Pero algunos países europeos son punteros en nuevas tecnologías y productividad...

R. Finlandia, Irlanda, el Reino Unido, Suecia y Dinamarca están muy avanzados, pero son países muy pequeños. Finlandia produce Nokia; Suecia, Ericsson. Eso revela la capacidad europea de producción de TIC, pero el problema es la escasa extensión de su uso. Los daneses disfrutan de servicios financieros muy avanzados, pero son muy pocos. Y el número de usuarios es capital.

P. ¿Es preciso actuar a escala continental?

R. Sí, la cuestión es si un solo país puede modificar su regulación interna, favorecer la competencia y lograr un impacto en el crecimiento de la colectividad, porque los países europeos son demasiado pequeños, incluso Alemania. Es clave impulsar políticas económicas que se puedan desarrollar a lo largo de toda Europa para abrir el mercado. La Unión Europea tiene todos los instrumentos que necesita, pero el análisis de los datos revela que hay que enfatizar el impulso de la productividad.

P. ¿Cómo?

R. El gran proyecto europeo, diseñado como la integración comercial en un gran mercado único que compita con el estadounidense, ha sido muy exitoso en cuanto al comercio de artículos de consumo o de equipamiento industrial, pero en el sector servicios apenas se mueve. La directiva Bolkenstein, que planteaba la posibilidad de ofrecer servicios en cualquier país europeo siempre que se cumpliera la legislación del país de origen, iba en la buena dirección pero, desafortunadamente, no prosperó y la competencia sigue siendo escasa.

P. ¿Qué importancia tiene la formación?

R. Es clave. La competitividad reside en la redistribución del trabajo y la reasignación de tareas. Los trabajadores formados son más competitivos y capaces de ampliar sus posibilidades de ocupación. La velocidad del progreso en nuevas tecnologías hace que sea clave la capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios y por eso es crítica la formación hasta los niveles más elevados.

P. ¿Es el capital humano la mejor inversión?

R. La inversión en capital humano es esencial para disponer de la infraestructura. La disponibilidad de capital humano es esencial para extender el uso de las TIC. Pero el capital humano se desarrolla muy, muy despacio. Una persona pasa treinta años formándose y otros cuarenta produciendo. Por cierto, los nuevos países incorporados a la Unión Europea acumulan un capital humano muy alto.

P. ¿Cómo han asumido las TIC países como China o la India?

R. La productividad en China o la India está muy por debajo de los países occidentales, pero están acercándose muy deprisa porque han diseñado su propia vía en dos países entre cuyas fronteras viven 1.000 millones de personas.

P. ¿Tiene la India más futuro que China?

R. No creo. La inversión en China es mayor que en la India y la inversión en nuevas tecnologías en China es tres o cuatro veces superior en proporción. La India ha desarrollado una industria de servicios TIC para la exportación con mucho éxito, pero el consumo interno de TIC sigue siendo bajísimo. Esa industria de servicios es un segmento muy estrecho de la economía doméstica india y, por lo tanto, casi irrelevante. En cuanto a las TIC, la India sigue en la edad media y muy por debajo de China.

Dale Jorgenson, en Valencia, la semana pasada.
Dale Jorgenson, en Valencia, la semana pasada.JESÚS CÍSCAR

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