La guerra de imagen
La OPA hostil de Mittal ha entrado en su recta final y en una guerra de imagen. Tanto Arcelor como Mittal, un día tras otro, buscan su presencia en los medios de comunicación. Cualquier movimiento de uno tiene su réplica directa en el otro. La primera siderúrgica del mundo por toneladas producidas, Mittal Steel, reitera las bondades de la consolidación del sector y de la integración de ambas empresas. La segunda acerera por toneladas y primera por facturación, Arcelor, subraya que lo suyo son los productos de valor añadido y que la opción de Mittal destruiría valor para el accionista.
La entrada de la rusa Severstal ha cambiado el escenario. Mittal, tras presentar su oferta mejorada, se vio ganadora. La posible fusión de Arcelor con Severstal ha vuelto a complicarle la operación.
Arcelor vende que la unión con Severstal respeta su filosofía, consolida el sector y, sobre todo, crea valor. Mittal se defiende y junta, a través de Goldman Sach, el 29% del capital de Arcelor con el único objeto de torpedear la operación. Se trata de hacer ruido, de estar presente en los medios y de convencer. La persecución de los gabinetes de comunicación a la prensa, las sesiones maratonianas de los directivos de ambas empresas con comidas y ruedas de prensa y encuentros con inversores parece que no tiene fin. Mittal y Arcelor se cruzan acusaciones en la prensa. El jueves, Mittal decía que la fusión con Severstal traería cierres de plantas en España. Ayer, Arcelor lo negaba y decía que eso ocurriría si se integraban en Mittal.
El vicepresidente Pedro Solbes no quiso decantarse por nadie, pero aseguró que su voluntad es que se garantice la producción en España.
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