Carod exhibe sus apoyos en ERC convocando a su sector, como Puigcercós

En plena campaña del referéndum del Estatuto, los dos sectores que conviven en Esquerra Republicana (ERC) exhiben su fuerza cada uno por su lado. Ayer lo hizo el sector Carod, 10 días después de que lo hiciera el sector Puigcercós. Algo más de 70 dirigentes territoriales y sectoriales del partido, convocados por el propio Josep Lluís Carod, presidente de ERC, ratificaron su confianza en el líder, a quien desean ver de nuevo como cabeza de cartel en las elecciones del próximo otoño y emitieron un mensaje de unidad.

El encuentro, realizado en el antiguo convento de Sant Agustín, en Barcelona, se produce 10 días después de que el secretario general del partido, Joan Puigcercós, atajara en una reunión de su sector, celebrada en Sant Joan Despí, las voces que cuestionaban la actuación de la dirección en la reforma del Estatuto y pedían un congreso extraodinario del partido.

En la reunión de ayer, que duró unas tres horas, Carod mostró su predisposición a encabezar la candidatura de Esquerra en las próximas elecciones autonómicas, una plaza que nadie le disputa abiertamente. El propio Puigcercós avaló hace 10 días a Carod frente a las críticas de que era objeto. Ayer, Carod devolvió el gesto y asumió ante su sector la actuación de Puigcercós en Madrid.

Todo esto no obsta para que fuentes republicanas barajen desde hace meses la conveniencia de que Puigcercós deje su puesto como jefe de filas de ERC en Madrid, retorne al Parlament en las autonómicas de otoño y, eventualmente, al Gobierno de la Generalitat.

En estas previsiones se apunta como factible que Puigcercós ocupe la segunda plaza en la candidatura de ERC al Parlament, y que el actual portavoz de su grupo en esta Cámara, Joan Ridao, le sustituya en el Congreso de los Diputados.

En el examen autocrítico de la actuación de ERC en sus dos años y medio de partido gobernante se echa en falta una mayor capacidad de negociación política en un Gobierno que, al ser de coalición, ha exigido numerosas transacciones entre los tres partidos que lo integraban.

La preocupación por estas cuestiones discurre en paralelo a la campaña de un referéndum en la que los dirigentes de ERC aspiran a no romper los puentes con sus ex aliados de gobierno. Los independentistas insisten en que el proyecto que se somete a referéndum ha sufrido un "cepillado" de tal magnitud en las Cortes, según la terminología del socialista Alfonso Guerra, a quien no dejan de referirse, que en realidad ha sido "desnaturalizado". Mientras que los partidarios del sí se dedican a comparar el nuevo Estatuto con el que ha estado vigente desde 1979, los republicanos lo comparan sistemáticamente con el proyecto remitido a las Cortes el 30 de septiembre de 2005 por el Parlamento catalán.

Su principal ponente en la redacción del nuevo Estatuto, Joan Ridao, explicó ayer detalladamente el recorte: de los 247 preceptos que contiene el proyecto, las Cortes modificaron 160, que representan el 65%. De 70 competencias que inicialmente se proponía definir como "exclusivas plenas", 63 fueron modificadas. De 17 decisiones que se remitían inicialmente a la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, han quedado sólo tres. De los 10 servicios de titularidad cuya gestión se proponía traspasar inicialmente a la Generalitat (puertos, aeropuertos, becas, etcétera) no ha quedado ninguno.

Ridao admitió que cabía asumir que el proyecto iba a sufrir algún cambio a su paso por las Cortes. "Pero una cosa es perder alguna pluma y otra muy distinta salir desplumado", afirmó.

El diputado facilitó a los medios de comunicación una prueba de efectos visuales elocuentes: una copia del Boletín Oficial del Congreso de los Diputados de 22 de marzo que publicó el texto del proyecto aprobado por la Comisión Constitucional, en la que figuran sombreados todos los artículos suprimidos o modificados. El efecto es espectacular.