Educación ensayará el préstamo de libros el próximo curso en 50 centros públicos

El consejero de Educación, Tontxu Campos, de EA, pudo ayer abandonar complacido la Comisión de Educación del Parlamento, ante la que expuso el plan para introducir el préstamo de libros de texto y en la que obtuvo el apoyo de todos los grupos menos el PP. El PSE reclamó como propia la iniciativa y anunció que estará "alerta" para vigilar su cumplimiento, dado el dilatado plazo de tiempo (hasta 2013) que se da el Gobierno para extender la fórmula. El PP acusó a Campos de llevar a la Cámara "un puro engaño", mientras el PNV y EHAK se hicieron eco de la inquietud de las editoriales.

El PNV y EHAK avisan de los problemas que la fórmula puede ocasionar a las editoras de libros de texto

"Mi grupo le va a acompañar en este viaje", le dijo ayer la portavoz socialista, Isabel Celaá, al consejero después de que éste explicara a los grupos el plan del Gobierno sobre la gratuidad de los libros de texto, que se realizará mediante la fórmula del préstamo, que ya se aplica en otras ocho comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Andalucía, La Rioja, Galicia, Cataluña, Cantabria, Aragón y Canarias.

La fórmula expuesta por el consejero supone que las familias recojan los volúmenes en las librerías de su elección, que facturarán su importe a los centros. En el primer ciclo de Primaria los ejemplares se repondrán todos los años, pero en los sucesivos tendrán una vida de cuatro cursos. Puesto que las familias abonarán un 25% del coste por el uso de los ejemplares, en ese ciclo de vida cuatrienal la Administración habrá recuperado su gasto inicial. Si se estropean o extravían, las familias deberán abonarlos, lo que determinará una comisión de seguimiento que deben crear todos los centros. Éstos han hecho notar el aumento de tareas que la fórmula supondrá.

El sistema, explicó Campos, pretende reducir el gasto familiar en libros de texto y materiales complementarios, hasta la gratuidad para las rentas más bajas; fomentar la responsabilidad y el cuidado del material; promover valores de solidaridad, capacidad de compartir y respeto al bien común, así como extender una cultura de reutilización de recursos y de cooperación entre profesorado, alumnado y familias. Para que los ejemplares sean reutilizables se pedirá a las editoriales que separen la parte de ejercicios del resto del volumen.

Al inicio del curso 2006-2007, el programa se pondrá a prueba en 50 centros de Educación Primaria, todos ellos públicos, ya que los privados no se empezará a incorporar hasta 2010. Los centros-piloto suman 300 aulas y 5.100 alumnos y esta fase experimental costará al Gobierno algo más de medio millón de euros.

En el curso 2007-2008 la fórmula se generalizará a todo el primer ciclo de Primaria y en años sucesivos se incorporarán las siguientes etapas hasta completar en 2009-2010 todos los centros públicos de Primaria y ESO. El curso siguiente entrará el sistema en los privados concertados, a los que el Gobierno pagará los gastos de financiación de los libros. La fórmula estará generalizada a toda la enseñanza obligatoria de Euskadi en el curso 2012-2013.

La oposición resaltó especialmente lo dilatado de ese plazo, que criticó mostrando incluso su desconfianza sobre su culminación. Con todo, Campos salió con el importante apoyo del grupo socialista, que le garantiza una cómoda posición para poner en práctica el proyecto. El consejero justificó ese largo plazo en la necesidad de dar tiempo a las editoriales a adaptar los materiales y a la introducción de los contenidos que se definan en el nuevo currículum vasco en el que trabaja el departamento, algo ante lo que mostró comprensión el grupo socialista, aunque Celaá aprovechó para recalcar que éste debe ir "en consonancia con la LOE".

El sistema, que la representante socialista reclamó como iniciativa propia para congratularse de que el Ejecutivo la haya asumido, pese a una inicial oposición del propio Campos, no será del todo gratuito, ya que las familias tendrán que abonar el 25% del coste de los textos como canon por el uso que de ellos hagan sus hijos. Quienes no deseen o puedan hacerlo, deben comunicarlo al centro. Existirá además un sistema de becas.

El PP mostró un rechazo sin paliativos al proyecto, reprochó al Gobierno un retraso de seis años en el envío de un plan de gratuidad y su portavoz, Iñaki Oyarzabal, negó que el expuesto ayer lo sea. "Ustedes no se creen la gratuidad", recalcó, tras citar una declaración de Campos en la que éste la cuestionaba. "Nos trae un puro engaño, planteado a siete años, cuando lo que se le pidió desde este Parlamento fue un plan para el próximo curso, no empezar ahora a experimentar", sentenció, tras resaltar que los padres pagarán el 25% de unos libros "viejos, usados y nunca suyos".

Oyarzabal reclamó que se aplique la fórmula alavesa, donde la Diputación correrá desde el próximo curso con todos los gastos. "Con libros nuevos, como hasta ahora, y gratuitos", apostilló.

En Álava las familias pagan los libros y la Diputación les abona después el importe, con un tope, hasta este curso, de 110 euros, que desaparecerá en el próximo. Campos se manifestó en contra de este sistema: "No lo considero progresista", apuntó, tras pedir a Oyarzabal que no utilice como "arma arrojadiza" las actuaciones de otras administraciones, cuya "cooperación" dijo agradecer.

Entre los grupos del Gobierno, el PNV puso el acento en instar a Campos a seguir en contacto con el sector editorial "para que nadie salga perjudicado". Su portavoz, Leire Corrales, admitió que su formación se halla inquieta por esa repercusión y llegó a interrogar al consejero sobre la posibilidad de ofrecer ayudas a las editoriales para su "adecuación", algo a lo que Campos no respondió. EHAK se sumó a esa misma preocupación, mientras que Aralar solicitó que se efectúen más consultas.