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La UE espera ofrecer este año a Montenegro un acuerdo de asociación

Bruselas pide a Belgrado que coopere con los jueces de La Haya si quiere el mismo plazo

La Comisión Europea confía en concluir antes de fin de año negociaciones para un Acuerdo de Estabilidad y Asociación (AEA) con Montenegro, paso previo a la consideración del nuevo país independiente balcánico como candidato a la integración en la UE, según anunció ayer Olli Rehn, comisario de Ampliación, a Milo Djukanovic, primer ministro montenegrino. Djukanovic anunció asimismo que desea la integración de su país en la OTAN.

Milo Djukanovic, de 44 años, hizo ayer su primera salida al exterior tras el triunfo del independentismo montenegrino a Bruselas, donde escuchó palabras de aliento y también recomendaciones de cautela en la gestión de la nueva situación. "La UE aceptará plenamente la decisión del pueblo de Montenegro", le dijo Solana en público. "Hasta ahora todo los actores en Montenegro se han comportado de una manera muy europea durante todo el proceso. Espero que sigan así".

La "manera europea", a la que también se refirió Rehn, es la resolución por vía pacífica y democrática del dilema de cómo poner fin a una larga historia de vida institucional en común. Djukanovic lo enfatizó al recordar que "hace sólo 15 años, en la región los Estados se creaban mediante la guerra y hoy se ha hecho por un procedimiento democrático y conforme a los estándares europeos". "Montenegro tiene una clara perspectiva europea, como la tienen otros países de los Balcanes", anunció Rehn, "pero no hay atajos". El comisario indicó que las negociaciones para un AEA con Montenegro partirán de lo avanzado en las que se han mantenido desde octubre con Serbia y Montenegro. "Las negociaciones técnicas han ido bien [con Serbia y Montenegro] y si se desarrollan tan profesionalmente como hasta ahora podremos concluirlas a final de año", aventuró.

La UE no quiere bajo ningún concepto dejar aislada a Serbia, que podría convertirse en un insoportable factor de inestabilidad regional. Rehn voló ayer a Belgrado para confirmar a las autoridades serbias la llamada perspectiva europea, el compromiso alcanzado por la UE en Salónica en 2003 para abrir la puerta de la Unión a la región balcánica occidental. "No está claro que las negociaciones con uno vayan a terminar antes que con el otro", señaló Rehn antes de tomar el avión, para subrayar que Bruselas carece de favorito entre Serbia y Montenegro.

Cada país tiene obligaciones que cumplir, según Rehn. "Montenegro tiene que reforzar su capacidad administrativa y luchar contra la corrupción y la delincuencia organizada, y Serbia debe cooperar plenamente con el Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia, con sede en La Haya. Si Serbia coopera, podrá concluir sus negociaciones conforme al calendario previsto", es decir, en 2006.

A Djukanovic se le recomendó ayer en Bruselas el máximo tacto en las negociaciones de lo que Rehn calificó de divorcio con Serbia, a lo que el primer ministro respondió con promesas de máxima voluntad política. "Vamos a ofrecer a los ciudadanos de Serbia en Montenegro que mantengan los mismos derechos que tenían, la propiedad de sus bienes, el que no necesiten visados para entrar en el país, acceso libre a la sanidad y la educación", dijo Djukanovic en un acto organizado por el European Policy Centre, un centro de estudios políticos de Bruselas. "Lo que hay que ver es si el Gobierno serbio lo acepta". También habló de posible cooperación en política exterior, un extremo reclamado por Belgrado: "Nosotros no vamos a tener más que 26 embajadas en todo el mundo, así que podemos colaborar con Serbia".

No profundizó Djukanovic sobre el reparto de la Armada, hasta ahora controlada por Serbia, que con el referéndum pierde la salida al Mediterráneo. "Queremos un Ejército pequeño y profesional con una Armada también profesional para uso protocolario y de representación", dijo el primer ministro.

El primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic (izquierda), y Olli Rehn, comisario de Ampliación, ayer en Bruselas.
El primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic (izquierda), y Olli Rehn, comisario de Ampliación, ayer en Bruselas.AP

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