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Crítica:Feria de San Isidro
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Toro manso busca dehesa

Antonio Lorca

Todos los toros no sirven para rejoneo. Mejor dicho, hay ganaderías que no sirven ni para el rejoneo. Por ejemplo, de la Flores Tassara, a la que hay que borrar de la lista porque sus toros se cargaron el festejo de ayer de principio a fin. No es imaginable una mayor dosis de mansedumbre y ausencia de casta. Toros inválidos, amuermados, desentendidos por completo de las monturas, parados como marmolillos, y buscando permanentemente las tablas. Instalados en ese terreno miraban con atención a los tendidos tratando de encontrar allí el verdor de la dehesa. Y no entendían cómo sólo había cabezas y abanicos en movimiento. Aunque un toro sea un manso de libro, también debe tener su corazoncito, y éstos de ayer se sentían solos y acobardados, y alguno, como el primero, berreaba lastimeramente en petición de socorro para su vuelta al campo.

Flores Tassara / Fernandes, Cartagena, Ventura

Toros despuntados para rejoneo de Flores Tassara, bien presentados, muy mansos y descastados. Rui Fernandes: rejón trasero (silencio); dos pinchazos, rejón en lo alto (aviso) y un descabello (silencio). Andy Cartagena: pinchazo y rejón trasero y bajo (palmas); rejón bajo (oreja y dos vueltas). Diego Ventura: rejón bajo y un descabello (oreja); rejón trasero y tres descabellos (ovación). Plaza de Las Ventas, 27 de mayo. 18ª corrida de feria. Lleno.

Pero, claro, el cometido de los toros bravos es otro, y ahí el fracaso ganadero fue espectacular hasta el punto de convertir un festejo colorista en un espectáculo plomizo.

A pesar de todo, Diego Ventura triunfó porque demostró una ilusión desbordante, vivió la lidia de cada toro con auténtica pasión, y posee una magnífica cuadra de caballos. Conectó con rapidez con los tendidos, que le acompañaron constantemente con las palmas y disfrutaron con intensidad de la emoción que el rejoneador ponía en cada una de las suertes. Templó muy bien a dos bandas, falló algunas veces con las banderillas, pero prevaleció siempre su dominio de las monturas y la espectacularidad de su rejoneo. No pudo abrir la puerta grande porque falló con el descabello en el último toro de la tarde; de no haber sido así, le hubieran solicitado con fuerza las dos orejas. Fue una auténtica pena que los descastados toros de Flores Tassara emborronaran el festejo. Ya se sabe: no sirven ni para rejoneo.

El portugués Rui Fernandes se llevó la peor parte del insufrible encierro. Si su primero fue un toro rajado e inválido -el que berreaba-, el segundo se quedaba plantado en la arena, ajeno por completo a las llamadas del caballero. Fernandes llegó a desesperarse cuando intentaba una y otra vez colocar una rosa y, al final, se vio obligado a desistir. A decir verdad, tampoco el rejoneador demostró dominio de los caballos ni recursos a la hora de la reunión ni de clavar rejones y banderillas. En definitiva, muy mal, aburridísimo el torero portugués, perseguido, eso sí, por la mala suerte.

Cartagena cortó una oreja en su segundo, le pidieron con fuerza la segunda y el presidente, muy acertadamente, no la concedió y se ganó una injusta bronca. Incluso el trofeo conseguido fue un regalo de un público generoso. Cartagena no estuvo, ni mucho menos, a la altura de actuaciones precedentes suyas en esta plaza. Falló y colocó mal banderillas en su primero, muy rajado, y abusó de las carreras en el quinto. En la lidia de este toro forzó un giro del caballo en las tablas y caballo y caballero se dieron de bruces en el suelo, cuando el toro, afortunadamente, no estaba en su jurisdicción. En un quiebro posterior, se equivocó y a punto estuvo de tener un percance. En resumen, toreo acelerado y fácil rejoneo, pero cuajado de imprecisiones que, en verdad, poco importan al público asistente.

El rejoneador Diego Ventura en un momento de la corrida de ayer.
El rejoneador Diego Ventura en un momento de la corrida de ayer.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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