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Bush y Blair reconocen errores en Irak, pero defienden la guerra

El presidente de EE UU admite como principal equivocación los malos tratos a prisioneros

El primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente estadounidense, George Bush, que comparten serios problemas por la guerra en Irak, admitieron tras su reunión en Washington que cometieron diversos errores en la ocupación del país, aunque defendieron que los iraquíes están mejor sin Sadam Husein. Entre las equivocaciones, el presidente norteamericano mencionó los malos tratos en la cárcel de Abu Ghraib y su retórica agresiva y triunfalista; el primer ministro británico habló de menospreciar la "determinación de los que están contra la democracia en Irak".

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Sólo algunos errores

Aunque Bush ya ha reconocido errores en varias ocasiones, desde la inexistencia de los arsenales de armas de destrucción masiva hasta los abusos cometidos por soldados, nunca había dicho que está arrepentido de haber usado expresiones provocadoras con respecto a la insurgencia o frases como la de que se buscaba a Osama Bin Laden vivo o muerto, que "enviaron un mensaje equivocado". "He aprendido algunas lecciones y creo que debo expresarme de manera un poco más sutil".

El presidente dijo también que "el mayor error es Abu Ghraib", el escándalo de torturas y malos tratos de un grupo de soldados sobre detenidos iraquíes. "Hemos pagado un precio por esto", aunque "a diferencia de lo que pasaba bajo Sadam, los que cometieron esos actos han sido juzgados y condenados", añadió.

Para Blair, la desarticulación del partido único del régimen de Sadam, la policía y el Ejército, "se podrían haber hecho de manera muy diferente", pero la principal equivocación fue subestimar las dificultades, no calcular bien "la determinación de los que están en contra del proceso democrático en Irak para frenarlo". La razón principal "por la que las cosas están difíciles es la voluntad de nuestros oponentes de querer derrotarnos, y es algo que no debería sorprendernos", añadió el premier británico, criticando, sin mencionarlo, al Pentágono, por purgar el aparato del régimen después de la guerra y menospreciar el efecto que eso tendría en la llamada resistencia.

"Reveses y retrasos"

Bush admitió la evidencia de que la guerra es muy impopular en EE UU. "No hay duda de que ha creado un sentimiento de consternación; poner la televisión y ver cómo gente inocente muere afecta la mentalidad del país. Entiendo que los norteamericanos estén alterados por la guerra de Irak. Pero también creo que el sacrificio merece la pena y que es necesario". "No todo salió como esperábamos", reconoció, para reiterar: "A pesar de los reveses y los retrasos, creo firmemente que hicimos y estamos haciendo lo adecuado".

Al Qaeda y sus aliados, añadió, "quieren que nos vayamos para tener un refugio desde el que lanzar ataques no sólo contra nosotros, sino contra los musulmanes moderados. Son islamo-fascistas; tienen una filosofía y la quieren imponer al mundo. Irak es un campo de batalla en la guerra contra el terrorismo".

Por su parte, Blair celebró las elecciones en Irak y dijo que "cada atentado o cada carnicería, o cada trágica pérdida de vida de los soldados, lo vemos como un fracaso, cuando deberíamos verlo como un urgente llamamiento para derrotar a la gente que comete estas atrocidades. Esa gente no ha estado estos tres años luchando porque los iraquíes no creen en la democracia o no quieren libertad, sino porque están asustados de que los iraquíes sí quieren democracia y sí quieren libertad". Así que, concluyó, "los que están peleando contra nosotros saben lo que está en juego. La pregunta es, ¿lo sabemos nosotros?" Lo que es importante ahora, "lo que es nuestro deber, pero también el de la comunidad internacional, es apoyar al Gobierno iraquí". En un discurso pronunciado ayer en la Universidad de Georgetown, Blair reiteró su política respecto a Irak y pidió una reforma en profundidad de la ONU.

Ninguno de los dos mandatarios quiso hablar de calendario para el repliegue de las tropas. Bush señaló que el objetivo sigue siendo "un Irak que pueda gobernarse, mantenerse y defenderse por su cuenta", y calificó de "especulaciones de la prensa" la posible reducción de 30.000 soldados -de los 130.000 que hay- para finales de este año. "Mantendremos las tropas necesarias para vencer, y serán las que digan los mandos sobre el terreno".

Blair fue más allá y dijo que es posible que tenga razón el nuevo primer ministro iraquí, Nuri Kamal al Maliki, al decir que el objetivo es que el Ejército tome el control de todo el país a finales de 2007, aunque añadió: "Para que eso ocurra hace falta que haya un Gobierno fuerte en Bagdad". Y los iraquíes "quieren que nos quedemos allí hasta concluir la tarea".

En la conversación de la Casa Blanca se habló de Irán. "Tenemos en cuenta todas las opciones, pero ahora la pelota está en su tejado; son ellos los que abandonaron la mesa de negociaciones.Yo creo que deberíamos seguir trabajando para dejarles claro que se quedarán aislados", dijo Bush, que calificó de todas formas de "interesante" la larga carta que le escribió el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, "aunque no mencionaba el asunto de si van a seguir o no intentando tener un arma nuclear". Si quieren que haya incentivos, "tienen que suspender sus actividades".

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