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APUNTES

Profesores y editores debaten el futuro libro universitario adaptado al espacio europeo

El modelo de docencia contemplado en Bolonia exige nuevos materiales, señalan los expertos

Ignacio Zafra

Los cambios introducidos con el proceso de convergencia universitaria europea, asegura el profesor Guillermo Quintás, "van a significar a la larga la desaparición del manual tradicional, que en el mejor de los casos quedará como un elemento de consulta ocasional, pero no como el elemento guía de la actividad del alumno".

La creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) implica numerosas transformaciones. La atención se ha centrado hasta ahora en la sustitución de las diplomaturas y las licenciaturas por un nuevo título, llamado de Grado, y en la aparición de los nuevos posgrados oficiales, que empezarán a impartirse el próximo curso. No debe perderse de vista, sin embargo, advierte Quintás, que el EEES supondrá también la implantación de un nuevo modelo de aprendizaje y enseñanza. El predominio de las clases magistrales será sustituido por una participación más activa de los alumnos: más trabajo individual; más trabajo en grupo, y una evaluación de los estudiantes que abarcará, además de conocimientos, conceptos como "habilidades y destrezas".

Ese nuevo modelo requiere nuevas herramientas, señala Quintás. El profesor de Filosofía es el organizador de un seminario en la Universidad Internacional de Gandia, que arranca hoy, y en el que los coordinadores de innovación docente de la Universitat de València y miembros de editoriales públicas y privadas de distintos lugares de España debatirán la dirección por la que habrán de transitar los nuevos libros de texto.

La convergencia universitaria europea debería culminar con la armonización de los sistemas nacionales en 2010. Una vez concluida, las carreras deberían poder ser homologadas rápidamente de un país a otro. Se estimularía de esa manera la movilidad de los estudiantes y, quizá más importante, la movilidad de los profesionales una vez titulados.

El proceso de Bolonia -llamado así porque fue en esta ciudad italiana donde se fijaron las bases del EEES, en 1999, en una declaración suscrita inicialmente por 31 estados- prevé fijar además un sistema de aprendizaje que sitúe en su centro al estudiante. Una de las piezas fundamentales de ese nuevo engranaje serán los créditos ECTS. Simplificando, puede decirse que un crédito universitario representa actualmente 10 horas de clase presencial. El ECTS, en cambio, supondrá de 25 a 30 horas de trabajo del estudiante: en el aula y fuera de ella; individual y en grupo.

Las universidades llevan algunos cursos ensayando estas nuevas metodologías y esta nueva forma de medir las enseñanzas. Son los grupos de innovación docente, que intentan funcionar como si hoy fuera 2011.

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"Si lo que se tiene que valorar es el trabajo autónomo del alumno, hay que organizar la materia de modo que el alumno pueda trabajar autónomamente", indica Quintas. Frente a los voluminosos manuales actuales, "en el futuro un libro tendrá que ser algo que explicite con toda claridad el sistema conceptual de aprendizaje que suscribe", prosigue el profesor, "Y si, por ejemplo, se trata de que el alumno aprenda a resolver problemas, habrá que enfocar todo el libro como una resolución de problemas. El alumno, a la vez, deberá tener la posibilidad de saber en qué nivel de dificultad está, de saber cómo progresa. Y deberá tener los elementos para, cuando se quede estancado, tener el auxilio necesario para salir de ese punto muerto".

Las jornadas de la Universidad Internacional de Gandia están estructuradas como seminarios; pequeños grupos de trabajo divididos por áreas de conocimiento en los que participarán profesores de innovación docente y editores.

"Las editoriales tienen que repensar su actividad en el campo de la edición universitaria. Van a necesitar atender a mucho material que va a ser muy caduco y además muy heterogéneo", señala Quintás. El profesor deja abierta una pregunta que será materia de debate durante las jornadas: "Para cubrir eso, ¿lo apropiado es la edición convencional, o tendrá que ser la electrónica?".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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