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La 'vaca loca' muerta en Álava no figura en el informe que el ministerio eleva a la UE

La diputación alavesa pide explicaciones por escrito a los gobiernos central y vasco

La vaca loca muerta en Álava el pasado 12 de julio en la explotación de María Aranzazu Zúñiga no ha sido contabilizada en el informe anual que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación eleva ante la Unión Europea para el seguimiento de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). La Diputación de Álava asegura que escribió hace dos semanas a los gobiernos vasco y central para interesarse por esa ausencia. El Gobierno vasco garantiza que notificó la vaca loca a Madrid tras la confirmación del laboratorio, y endosa la responsabilidad de la ausencia a terceros.

El Reglamento CE 999 / 2001 obliga a los Estados a presentar un informe anual en el que debe incluirse todos los datos sobre la evolución de la EEB, conocida como el mal de las vacas locas. Este informe se encuentra colgado en la página web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación www.eeb.es. En dicho documento están contabilizados todos los casos que se han detectado en España el último año. Además, se comparan con los de los años anteriores. En esta página web también están recogidos todos los casos con la fecha en el que se detectaron y el lugar. No figura ningún caso en Euskadi el pasado año, tampoco el alavés.

La Diputación de Álava detectó hace más de un mes la ausencia del animal muerto en la explotación de Zúñiga, compañera sentimental del ex juntero del PNV y ex gerente Abeltzain, en Santa Cruz de Campezo. Tras realizar una investigación interna el diputado de Agricultura de Álava, Eloy López de Foronda, decidió hacer una pregunta oficial y por escrito tanto el Departamento de Agricultura y Pesca como al Ministerio. Fuentes forales aseguran que no han recibido respuesta.

Este diario ha preguntado sobre la ausencia del animal tanto al ministerio como al Gobierno vasco. En el primero de los casos no hay una respuesta clara, pero dicen que si no figura es porque no ha habido notificación del laboratorio de referencia, ahora en Algete. En el Ejecutivo vasco aseguran que han cumplido con todas sus obligaciones tras la confirmación del caso por parte de los laboratorios. Fuentes de Agricultura especularon que quizás Madrid no la ha incluido por la judicialización que ha tenido el caso.

Pelea con los registros

La vaca loca en cuestión lleva peleándose con los registros ganaderos e incluso con su muerte desde antes de morir. El 12 de julio del pasado año los servicios oficiales de recogida de animales se llevaron el cadáver de una vaca en "muy mal estado" de la granja de Zúñiga. En el Simogan (Sistema de Identificación y Movimientos de Ganado), esa vaca figuraba ya muerta desde 2003. El animal dio positivo de EEB el 27 de julio. Este positivo fue confirmado por el laboratorio nacional de referencia, entonces en Zaragoza.

Los registros informáticos son clave para garantizar el control del mal de las vacas locas. El objetivo es conocer el origen de los animales y poder seguir el rastro de su vida -la llamada trazabilidad- y, así, poder actuar sobre su descendencia y los animales que han nacido el mismo año y en la misma explotación. El caso de la vaca loca alavesa -con una vida tan complicada que seguir su rastro no resulta fácil- mostró que el sistema es vulnerable. Ahora su no inclusión en el informe del ministerio muestra otro fallo en la cadena de información.

Su primera muerte oficial se produjo en Eskoriatza en marzo de 2003. Como el animal no apareció a la hora de realizar la obligatoria campaña sanitaria y, tras consultarlo con el ganadero, se le dio por muerto; una práctica habitual. Tanto en el registro informático guipuzcoano como en el Simogan, que se nutre de los datos de las comunidades autónomas, quedó reflejada la muerte. Sin embargo, todo este tiempo la res figuraba viva en el registro alavés sin que nadie reparase en ello.

Una resurrección y dos muertes no fueron suficientes. El pasado agosto la vaca loca, que respondía al número de identificación ES041530075803, resucitó en los ordenadores del Simogan y apareció viva (siempre desde el punto de vista informático) en la explotación de Tomás Bengoa, un ganadero de Olaeta , el hombre que en teoría la llevó a Álava desde Guipúzcoa. Las discrepancias se conocieron el 16 de septiembre, cuando las publicó EL PAÍS. La vaca volvió a morir en los ordenadores del Simogan el 19 de septiembre, pero no en casa de su última propietaria, sino en la de Bengoa. A día de hoy ya figura muerta en la explotación de Zúñiga. Esta y otras irregularidades en las explotaciones de la familia Quintana llevaron a la sustitución del jefe de ganadería de Álava, Florencio Beltrán de Heredia y al despido de Quintana. La Fiscalía abrió una investigación que está parada. Las autoridades sanitarias siguen con el caso.

Explotación de los Quintana en Santa Cruz de Campezo, Álava.
Explotación de los Quintana en Santa Cruz de Campezo, Álava.LINO RICO

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