Las consultas en medicina interna por demencia suponen ya el 6%

Los casos de demencia derivados a las consultas de medicina interna de los hospitales públicos superan ya el 6%, un porcentaje que crece cada año y que los expertos vinculan con el envejecimiento progresivo de la población y el aumento de la esperanza de vida. Este trastorno cognitivo es uno de los temas principales que se aborda en el 22º Congreso de la Sociedad Andaluza de Medicina Interna (Sademi), que se clausura hoy en Baeza (Jaén) y al que asisten 250 profesionales de los hospitales andaluces y otros expertos de todo el país y del extranjero.

"La demencia y, especialmente, el Alzheimer, que es uno de los trastornos degenerativos prevalentes, es una de las principales enfermedades del siglo XXI", afirmó el doctor Salvador Hernández Márquez, jefe del servicio de Medicina Interna del hospital San Agustín de Linares (Jaén), centro que organiza el congreso.

Hernández moderó ayer una mesa redonda sobre la demencia en la que participaron el neurólogo malagueño Marcelo Berthier; el doctor Francisco Arnalid, jefe de urgencias del hospital La Paz de Madrid; y el doctor José María Sillero, internista del hospital de Jaén. Todos ellos coincidieron en señalar la necesidad de afrontar esta enfermedad como un problema social, sobre todo porque en la mayoría de los casos son los familiares más cercanos del enfermo los que se ven obligados a hacerse cargo del paciente dejando incluso su trabajo.

"Hacen falta más recursos asistenciales, mayor formación de los cuidadores y más implicación del Estado, como ocurre en otros países europeos", señaló el doctor Hernández.

En España se calcula que hay diagnosticados 500.000 casos de demencia, una cifra que podría ser aún mayor si no fuera por el rechazo de muchos pacientes y familiares a reconocer la enfermedad por los "estigmas sociales" existentes. A la hora de afrontar las perspectivas terapéuticas, los expertos aconsejan que, más allá de los medicamentos, la demencia requiere de muchos estímulos para el paciente. "Es preciso que el enfermo se sienta activo y participativo, la soledad es muy perjudicial", indicó Hernández.