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Reportaje:

Todo Lekuona en Internet

Un museo virtual propone un recorrido por las pinturas, las fotografías y los fotomontajes del artista guipuzcoano

Nicolás de Lekuona (Ordizia, 1913-Frúniz, 1937), aparejador de profesión, murió en plena guerra civil tan sólo seis años después de volcarse con seriedad en su carrera artística. Sin embargo, le bastó ese tiempo para dejar su impronta en la vanguardia española con una obra sin fronteras de géneros y de corte surrealista. Mareu Apalategi y Paula Garaialde, dos licenciadas en Bellas Artes vecinas de Ordizia, se plantearon crear un museo para albergar su trabajo. "¡Nosotras, almas cándidas!", dicen ahora. "Cuando vimos que iba a ser inviable nos decidimos por un museo virtual", abierto en la dirección www.nicolasdelekuona.org.

El Ayuntamiento de Ordizia, que ha financiado el proyecto, presenta el próximo jueves NL. Nicolás de Lekuona, el primer "museo virtual, no físico del Estado", según destacan sus impulsoras. Se trata de un espacio que pone a disposición de los internautas más de 200 obras del artista que en la década de los 30, durante sus años en Madrid, se codeó con intelectuales y participó en tertulias con Ramón Gómez de la Serna, y quien a su regreso a San Sebastián expuso junto al escultor Jorge Oteiza y el modisto Cristóbal Balenciaga. "Aunque murió joven fue un artista muy intuitivo, que expresó muy bien el momento en el que vivió, los miedos de la gente, los enfrentamientos que derivaron en la guerra", afirma Apalategi.

"No se le ha valorado. Si no, no habría obras suyas debajo de camas o en cajas"

Lekuona no tuvo tiempo para dejar una obra madura. Todo lo que hizo hasta su muerte fue experimentar, lo mismo a través de la pintura, que la fotografía, el fotomontaje o el dibujo. Ese legado, testimonio de una época que vivía la fiebre de las vanguardias, sobre todo del surrealismo y el constructivismo -Man Ray, Rodchenko, Picabia, Stieglitz, Heartfield,...- ha perdurado a través del tiempo. La mayoría de sus trabajos se halla en manos de su familia, pero también cuenta con obras en las colecciones del Artium de Vitoria, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Reina Sofía y algunas piezas en el extranjero, enumera Garaialde.

Las impulsoras del museo virtual conocieron este mapa de situación de las obras tras contactar con Adelina Moya, catedrática de la UPV, quien contribuyó en los 80 a revalorizar la figura del artista guipuzcoano. "Cuando encajamos las piezas del puzzle decidimos hablar directamente con la familia, que nos abrió la puerta de par en par", cuentan. "Ellos también estaban preocupados por el futuro de la obra de su hermano y enseguida se prestaron a ayudarnos, pero son personas mayores y no tenemos muy claro si entienden realmente lo que hemos hecho..."

Apalategi y Garaialde se pusieron entonces manos a la obra. El Artium y el Reina Sofía habían expuesto poco antes el legado artístico de Lekuona -en muchos casos cedido por la familia-, así que la mayoría de las piezas ya habían sido digitalizadas. "Nos pusimos en contacto con unos informáticos para que diseñasen un museo en tres dimensiones", cuenta Garaialde. "Queríamos crear unos espacios muy limpios que no interfirieran en las obras, pero que a la vez fuesen lo suficientemente interesantes para que resultase una experiencia", añade su compañera.

El visitante se encuentra en principio con una web normal, con su introducción, la biografía del autor, una reseña sobre su época,... A ello se suma un apartado para entrar en el museo virtual, dividido en tres salas. En una pueden verse sus pinturas; en otra, las fotografías y fotomontajes y en la tercera, su cuaderno personal y bocetos. "Además hay una visita guiada para que toda persona que quiera conocer este espacio sin detenerse en las obras pueda hacerlo".

A las impulsoras del proyecto les gustaría que esta pinacoteca virtual fuera el germen de un museo físico sobre la obra de Lekuona. De hecho, confiesan que con su iniciativa han querido hacer un llamamiento a las instituciones para que eviten que se pierda esta obra que algún museo quiere adquirir por partes -al Reina Sofía le interesa la fotografía-.

La Diputación guipuzcoana ha manifestado su disposición a conservar el conjunto de las piezas "en las mejores condiciones" si la familia se las cede, según Apalategi y Garaialde. Ambas creen que Lekuona no ha sido suficientemente valorado. "Si no, su obra no estaría como está: algunas desperdigadas en las casas de sus hermanos, debajo de camas o en cajas".

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