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El futuro de Europa

Guerra en el transporte

La compañía aérea Montenegro Airlines ha suspendido todos sus vuelos entre la capital serbia, Belgrado, y la montenegrina, Podgorica, los días 20 y 21 de mayo. "La decisión no tiene nada que ver con el referéndum [del día 21]", aseguró la portavoz de la compañía, Danijela Ivanovic, aunque en Serbia nadie la creyó. La coincidencia ha levantado ampollas y el Gobierno serbio ha contraatacado aumentando el número de autobuses hacia Montenegro y con la mayoría de los trayectos gratuitos.

Esta guerra del transporte es especialmente importante en el referéndum de independencia del domingo porque el cuerpo electoral es tan reducido (alrededor de 480.000 votantes) que cualquier variación, por mínima que sea, puede ser decisiva. Según cálculos de la prensa serbia, que asegura que la compañía está dirigida por empresarios vinculados al independentismo, los 34 vuelos suspendidos entre Belgrado y Podgorica podrían llevar al menos a 3.000 viajeros, que ahora tendrán más difícil desplazarse a votar.

El voto por correo no está permitido y los analistas coinciden en que los montenegrinos residentes en Serbia son en general más proclives a defender la continuidad de la unión. Muchas de las esperanzas serbias se basan en los estudiantes de las universidades en Belgrado. Según cálculos gubernamentales, unos 10.000 montenegrinos estudian en las facultades serbias, cifra que Montenegro reduce a "unos centenares".

Los planes de estos estudiantes pueden verse afectados si, como parece, se impone la opción independentista: en este caso, si desean continuar en Belgrado deberán pagar la misma cuota que cualquier otro estudiante extranjero: entre 1.000 y 5.000 euros al año, según la carrera, una cifra imposible de asumir para muchos, que ahora se benefician de un sistema casi gratuito.

Lo que tampoco se sabe bien es cuántos residentes en Serbia de origen montenegrino tienen derecho a votar. El Gobierno serbio asegura que en Serbia viven unos 250.000 montenegrinos, pero la cifra es imposible de comprobar. La gran mayoría de ellos no podrá votar porque ya está censada en Serbia.

[Una delegación del Gobierno vasco va a viajar a Montenegro para seguir el desarrollo del referéndum, informa Efe. La portavoz del Ejecutivo autónomo, Miren Azkarate, aseguró que iba a comprobar que "en Europa es lícito y posible decidir democráticamente el futuro político de un pueblo"].

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