El Instituto Europeo de Tecnología
Cada vez está más claro que el conocimiento es el nuevo activo que puede ayudar a las personas, las empresas y los países en su lucha por la competitividad. Sin embargo, existe un creciente consenso en que Europa no ha alcanzado los resultados esperados en el triángulo del conocimiento formado por la educación, la investigación y la innovación.
Las clasificaciones internacionales de universidades muestran constantemente que Europa sólo cuenta con dos o tres universidades entre las 20 mejores del mundo; todas las demás están principalmente en Norteamérica. Aparte del entorno normativo desfasado en el que tienen que desenvolverse a menudo las universidades europeas, hay también una marcada diferencia en términos de inversión en comparación con sus homólogas norteamericanas. En 2002, la Unión Europea invirtió directamente alrededor del 1,15% de su producto interior bruto (PIB) en el sector de la educación superior, mientras que en los Estados Unidos la cifra ascendió al 2,59%. La diferencia hace referencia casi exclusivamente a la inversión procedente del sector privado. Los niveles de inversión pública son similares en general. En la UE, en el año 2003, el número de investigadores a tiempo completo por cada mil trabajadores ascendía a 5,4; en Japón, la cifra equivalente era 10,1 y 9 en los Estados Unidos.
El objetivo del instituto debe ser garantizar un marco para la excelencia
Europa sólo cuenta con dos o tres universidades entre las 20 mejores del mundo
Ya se han adoptado diversas iniciativas a escala nacional para hacer frente a estas deficiencias, como la Iniciativa de Excelencia en Alemania para dotar a las mejores universidades de una financiación adicional y un mayor apoyo, y la nueva legislación francesa para impulsar la investigación mediante la creación de polos de excelencia. Sin embargo, dado que uno de los retos clave de Europa en el triángulo del conocimiento consiste en superar la fragmentación y alcanzar masa crítica, las actuaciones nacionales deben complementarse con acciones a escala europea.
Las acciones europeas ya existen, por supuesto. Hay programas de movilidad como el programa Erasmus de intercambio de estudiantes. Existe el amplio Programa Marco de Investigación, que se va a complementar próximamente con el Consejo Europeo de Investigación, que apoyará la investigación exploratoria de la más alta calidad dirigida por los propios investigadores. No obstante, se reconoce que Europa necesita reforzar su capacidad para desarrollar e integrar los tres componentes del triángulo del conocimiento: educación, investigación e innovación.
Tenemos que mejorar nuestra capacidad para convertir los resultados de la investigación y el desarrollo en oportunidades comerciales; para alcanzar masa crítica en determinados sectores de vanguardia del conocimiento, tanto en términos de educación como de investigación; para abordar la falta de innovación y cultura empresarial en el ámbito de la investigación y la educación y la paralela falta de capacidad innovadora de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas.
En febrero de este año, la Comisión Europea presentó una propuesta pionera para contribuir a superar la debilidad de Europa en el triángulo del conocimiento. En una Comunicación al Consejo Europeo, propuso la creación de un Instituto Europeo de Tecnología (IET).
Tras una amplia consulta pública y el debate con los interlocutores sociales, la Comisión hizo una propuesta que se basa en los principios siguientes:
El IET debe aprovechar los centros de excelencia existentes para alcanzar masa crítica y crear sinergias, en lugar de intentar crear algo nuevo partiendo de cero.
Su objetivo debe ser garantizar un marco para la excelencia en el trabajo en los nuevos ámbitos interdisciplinarios emergentes y, al mismo tiempo, inspirar y dirigir los cambios en las organizaciones existentes.
Debe erigirse en el buque insignia del conocimiento con una fuerte identidad europea.
Su principal misión debería ser llevar a cabo actividades de educación, investigación e innovación caracterizadas por su excelencia; atraer los mejores talentos a escala mundial; difundir y compartir el conocimiento con las empresas y la sociedad en general; así como contribuir a mejorar la gestión de la investigación y la innovación.
La estructura que propone la Comisión no tiene precedentes y contempla dos niveles: el primero garantiza una estructura de dirección flexible responsable de la estrategia y el presupuesto, así como de la selección y evaluación de las comunidades de conocimiento. Su elemento central será un comité de dirección compuesto por personalidades de alto nivel del ámbito científico y empresarial.
El segundo nivel será un conjunto de comunidades de conocimiento: cada una de ellas se ocupará de actividades de educación, investigación e innovación en campos estratégicos interdisciplinarios definidos por el comité de dirección. Dichas comunidades se seleccionarán mediante concurso, basándose en la excelencia, y federarán equipos en las universidades (no instituciones completas), centros de investigación y empresas de toda Europa.
Un elemento crucial es que estos interlocutores asignarán recursos humanos y materiales al IET por un periodo determinado a medio plazo. Para ese periodo, dichos recursos formarán parte, legalmente, del citado instituto.
Más que un instrumento para apoyar las actividades de investigación, educación e innovación en organizaciones ya existentes (como, por ejemplo, los instrumentos del Programa Marco), el Instituto Europeo de Tecnología será un nuevo operador del conocimiento. Será una organización que llevará a cabo e integrará directamente actividades de investigación, educación e innovación en campos interdisciplinarios estratégicos como el cambio climático o las nanotecnologías.
¿Por qué es necesario todo esto? ¿Por qué la Comisión Europea propone que se cree un nuevo operador del conocimiento sobre el terreno en lugar de ayudar a los que ya actúan bien para que actúen aún mejor? En primer lugar, nos gustaría señalar que la Comisión no tiene intención de reducir sus esfuerzos para ayudar a los que actúan bien a actuar aún mejor: el Séptimo Programa Marco de Investigación, por ejemplo, incluido el Consejo Europeo de Investigación propuesto, no debería verse afectado por el IET.
En segundo lugar, lo que se propone no es una nueva institución que haga la competencia a las que ya existen, sino una nueva institución que ponga en común y apoye la excelencia en las que ya existen. Por otra parte (y consideramos que esto es fundamental), la estructura del IET debería servir como modelo de referencia para el cambio institucional en Europa, principalmente a través de la función integradora prevista para las empresas y el sector privado.
Los jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en el Consejo Europeo de los días 23 y 24 de marzo, reconocieron que la constitución de un IET -basado en redes de alto nivel abiertas a todos los Estados miembros- sería una medida importante para colmar las lagunas existentes entre la educación superior, la investigación y la innovación. Por tanto, han invitado a la Comisión Europea a presentar una propuesta sobre las etapas siguientes a mediados de junio del presente año.
Como consecuencia de esa decisión, la Comisión va a emprender un trabajo intensivo de desarrollo con objeto de impulsar esta idea. Por consiguiente, todos los interlocutores interesados deberían comprometerse en este esfuerzo, que consideramos fundamental para el futuro de las empresas europeas en un mundo globalizado.Paleontología
Madrid, 17 de mayo. 19.00. Conferencia de José Luis Sanz: Origen y desarrollo temprano de las aves. Real Academia de Ciencias. Valverde, 22.
Biotecnología
León, 17 y 18 de mayo. II Simposio Tribiotec. Centro Cívico León Oeste. www.tribiotec.com.
Valencia, 22 de mayo. 19.30. Conferencia de Miguel Vicente: Beneficios y riesgos de los avances en la biotecnología. Jardín Botánico. Quart, 80.
Inteligencia artificial
Alcobendas, 18 de mayo. 16.30. Jornada 50 años de Inteligencia Artificial: balance y futuro. Cosmocaixa. Pintor Velázquez s/n.
Neurología
Madrid, 18 de mayo. 16.00. Maratón científico Mente y cerebro. Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. Paseo Delicias s/n.
Física
Zaragoza, 19 Mayo. 12.30. Conferencia de Fernando Briones: Nanoestructuras semiconductoras. Facultad de Ciencias.
Cristalografía
Granada, 22 a 26 de mayo. Escuela Internacional de Cristalización Biológica. Hotel San Antón. Información: isbcgranada.org.
Ingeniería
Madrid, 22 y 23 de mayo. I Jornadas Riesgos Naturales e Ingeniería Civil. Universidad Europea.
Biomedicina
Oviedo, 22 de mayo. 19.30. Conferencia de María Jesús Santesmases: Un Nobel en la España de los sesenta. Exposición Ochoa y la Ciencia en España. Palacio del Conde de Toreno. Plaza Porlier s/n.
Madrid, 22 de mayo. 10.00. Jornada Utilización de muestras biológicas en investigación biomédica. Ministerio de Sanidad y Consumo. Paseo del Prado 18-20.
Bilbao, 23 de mayo. 19.30. Conferencia de Juan Carlos López: Presente y futuro de la medicina molecular. Fundación BBVA. Gran Vía, 12.
Jan Figel es comisario de Educación, Formación, Cultura y Multilingüismo en la Comisión Europea.
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