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Castilla y León dedica sólo 11.000 hectáreas al parque del Guadarrama

Madrid ofrece tres veces más suelo en la parte sur del mismo bosque

La Junta de Castilla y León no quiere que el futuro Parque Nacional de Guadarrama se extienda por los pinares de Valsaín y El Espinar (Segovia). Ayer presentó un proyecto para la vertiente segoviana que sólo incluye 11.000 hectáreas, frente a las 34.540 que ofrece la Comunidad de Madrid. Tan corta es su propuesta que el consejero de Medio Ambiente del Ejecutivo castellano-leonés, Carlos Fernández Carriedo, del PP, la definió como un "parque de cumbres". De esta manera, Castilla y León asegura a las madereras que puedan seguir explotando los bosques de la zona, así como la caza y la pesca a los aficionados.

El portavoz de la asociación ecologista Centaurea, Carlos Bravo, señaló ayer que la Comunidad de Madrid quiere convertir en parque nacional casi tres veces y media más terreno que Castilla y León. Mientras Madrid protege "masas forestales de gran valor y montes públicos", la Junta sólo salvaguarda "cumbres y pedregales, que tienen su valor, pero deja fuera formaciones vegetales y boscosas, así como los hábitats de la fauna más representativa, que es lo importante desde el punto de vista medioambiental".

En Madrid, el ámbito del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Sierra del Guadarrama (PORN) afecta a unas 100.000 hectáreas, de las que 34.540 se proponen directamente como parque nacional, la máxima consideración ambiental posible. Otras 47.000 hectáreas formarán parte de una zona periférica de protección, incluidas dentro de un parque regional. Además, se declara paisaje protegido el monte de Abantos y otras 25.100 hectáreas más se convierten en zona de transición (con restricciones a la urbanización). En total, están afectados 37 municipios.

En Castilla y León, las cifras son, en cambio, más modestas. Además de las 11.000 hectáreas que se proponen como parque nacional (14 municipios), otras 72.000 hectáreas más (34 localidades de Segovia y una de Ávila) formarán un parque natural con algún grado de protección, aunque no se ha especificado aun la figura legal que les afectará.

Plan poco ambicioso

Para Bravo, las propuestas de Castilla y León, "son rácanas, porque se pretenden aplicar las figuras más bajas de protección y no son coherentes con la parte de Madrid". Además, los ecologistas sostienen que el proyecto de parque nacional se aleja de lo inicialmente acordado por ambos Gobiernos.

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La explicación que ofrece Fernández Carriedo para el citado recorte es que si se protegiese lo anunciado en un principio "se acabaría con un modelo de gestión forestal, rompiendo con los usos tradicionales, que ha sido un ejemplo en Europa".

Por tanto, los montes de pinares segovianos quedarán englobados en una zona aún no definida, pero menos restrictiva. El consejero afirmó que la decisión se ha tomado pensando en "criterios de oportunidades". "De esta forma, mantenemos el punto de equilibrio que garantiza la conservación [de la naturaleza] con la pervivencia de la actividad del ser humano".

No obstante, Fernández Carriedo dejó una puerta abierta a la inclusión de los pinares de Valsaín, Navafría y El Espinar en el futuro parque nacional. "Siempre que el Gobierno central nos asegure que la legislación permitirá llevar a cabo la gestión forestal tal y como se desarrolla ahora". Lo que ha llamado la atención de los ecologistas es que el Gobierno castellano-leonés afirme que la legislación aplicable en el futuro parque nacional sea la Ley de Parques Nacionales, actualmente en elaboración, a pesar de que ni siquiera ha sido presentada en las Cortes. Según Bravo, "es un desatino, porque no pueden basarse en una ley que aún no ha entrado en el Congreso".

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