20 años de Ley General de Sanidad
Se cumplen 20 años de la Ley General de Sanidad, por la cual se crea nuestro Sistema Nacional de Salud, que ha sido uno de los legados más importantes que nos dejó el primer Gobierno socialista, lo que supuso un paso fundamental para garantizar el derecho de todos los ciudadanos al acceso equitativo a servicios sanitarios de calidad y contribuyó a la mejora del estado de salud de la población y a la corrección de las desigualdades sociales.
Esta ley, promovida por un ministro socialista, Ernest Lluch, puso en marcha la reforma y modernización de la sanidad española, y ha tenido trascendentales consecuencias positivas para el bienestar de los españoles. La ley tenía un objetivo prioritario: sustituir la caridad por derechos sociales, vinculando la protección sanitaria a la condición de ciudadano por el mero hecho de serlo.
La universalización de la asistencia sanitaria permitió que más de siete millones de españoles, hasta entonces excluidos de la sanidad pública, se incorporaran al Sistema Nacional de Sanidad. Para ello se tuvo que aumentar de manera considerable los recursos destinados a la sanidad. Así, durante los Gobiernos socialistas el porcentaje del PIB destinado a la sanidad pública pasó del 4,3% al 5,5%. Se consiguió así una sanidad para todos, donde aportaban más los que más tenían, mediante un sistema fiscal progresivo.
Además de poner las bases para la universalización de la asistencia sanitaria, ha supuesto una transformación de gran importancia del sistema sanitario. Aporta, en consonancia con nuestra Constitución, la descentralización de la gestión sanitaria, que se ha desarrollado plenamente en estos últimos años. La cercanía de las Administraciones a los ciudadanos suma valores a la hora de gestionar mejor la asistencia sanitaria, ya que los recursos se distribuyen más de acuerdo con las realidades territoriales y, por tanto, los ciudadanos disfrutan de un mejor servicio.
Actualmente estamos ante un Sistema Nacional de Salud solidario, porque cada uno aporta según su capacidad y recibe según su necesidad; equitativo porque garantiza no sólo que todos puedan acceder a los servicios sanitarios, sino que lo hagan en condiciones de igualdad, de calidad en todos los aspectos del proceso de atención sanitaria y eficiencia en el sentido de que todas sus actuaciones están dirigidas a optimizar y hacer el mejor uso posible de los recursos.
El Sistema Nacional de Salud, no cabe duda, es un gran sistema del que todos nos sentimos orgullosos, fruto del trabajo de muchas generaciones, y constituye hoy día un referente de primer orden en las políticas de bienestar en España. Es, además. uno de los más avanzados y eficientes de cuantos existen en Europa, tanto por la solidez del sistema, la formación y alta cualificación de sus profesionales, como por su calidad científica y por sus prestaciones, que incluyen desde los elementos más básicos hasta los más completos basados en el uso intensivo de tecnologías.
Nos encontramos con un buen sistema, los ciudadanos están razonablemente satisfechos con la atención recibida. Pero esto no significa que no sea mejorable, ni que no tenga problemas. Los socialistas no nos podemos conformar con lo conseguido hasta ahora. Tenemos que mirar el futuro y seguir siendo ambiciosos socialmente. No podemos ignorar que aún no se ha conseguido la universalización plena en la cobertura sanitaria con financiación pública, que los tiempos de espera y otros indicadores de calidad son manifiestamente mejorables, así como dedicar una atención especial a los profesionales sanitarios, auténtica columna vertebral del sistema.
Actualmente, la sociedad y la sanidad están experimentando cambios importantes que exigen nuevas respuestas (aumento y envejecimiento de la población, cambio en las pautas de morbimortalidad, necesidad de nuevas prestaciones...). Todo ello hace necesario abordar nuevas reformas estructurales y de gestión que si no se realizan con la suficiente eficacia, pueden dificultar la situación de bienestar que ahora disfrutamos.
Hay que modernizar las estructuras del SNS. Es necesario realizar cambios que mejoren los servicios, dándoles más calidad, más eficiencia y más confortabilidad, de modo que sean también más acordes a lo que esperan los ciudadanos, que se traduzca en una mayor satisfacción. Una nueva política de personal sanitario basada en los principios de igualdad de oportunidades en el conjunto del SNS, de no discriminación entre Administraciones sanitarias y profesionales, de garantía de libre circulación y movilidad, y de participación de los profesionales en la gestión de los centros. En definitiva, hacer de la calidad de la atención el referente básico del sistema sanitario.
El fuerte compromiso de los socialistas con las políticas sociales, nuestra firme apuesta por una sanidad pública de calidad y accesible para todos los ciudadanos, sea cual sea su condición, hizo que nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a los pocos meses de tomar posesión de su cargo, asumiera como un compromiso personal y político la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, situando por primera vez en muchos años la sanidad pública en el centro del debate político.
Tenemos que trabajar para consolidar un buen servicio público, asegurar la sostenibilidad futura y el funcionamiento eficiente del Sistema Nacional de Salud, en el que el ciudadano, por encima de todo, sea el centro de sus actuaciones, la excelencia su seña de identidad y los profesionales encuentren la motivación y el reconocimiento a su labor y siempre en consonancia con la filosofía que impregna la propia Ley General de Sanidad.
Matilde Valentín es secretaria de Bienestar Social del PSOE.
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