Independizarse no es ser propietario

Han salido a la calle varios centenares de jóvenes en demanda de facilidades para la adquisición de viviendas. Es lógico que lo reclamen, a la vista de la especulación inmobiliaria surgida bajo el Gobierno de Aznar, al que por cierto nadie le reclamó que interviniera. El problema del precio de la vivienda no atañe sólo a la letra mensual; más problemático es el conseguir los varios millones que se piden de entrada, en muchos casos parte de ellos en dinero negro, otra de las lacras del sector inmobiliario.

Ahora bien, creo que se confunden dos cuestiones: la independización y la propiedad. No hay que ser propietario de una vivienda para poder independizarse, existen otras opciones que dan acceso a una vivienda; la más normal es el alquiler. Es muy común en el resto de países europeos que la juventud anteponga la independencia de sus padres, alquilándose una vivienda, al deseo de ser propietario, pues es lógico que los pocos años de trabajo no permitan ahorrar las cantidades también grandes que se piden en esos países por una vivienda. Parece que son los jóvenes de ahora los que tienen dificultades para la compra de vivienda, cuando ha sido un problema para los que las compramos en los noventa, los que se la compraron en los ochenta, etcétera. No comparto que se reclame la intervención única del Estado cuando es un problema de falta de reivindicación de mejoras salariales a las empresas y de mayor presión ante las constructoras.