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Reportaje:La reforma del Estatuto

En aguas manchegas

Alcaldes de Ciudad Real defienden que se mantenga la "solidaridad interterritorial" si se transfiere la gestión hidrográfica a Andalucía

Ginés Donaire

La Fuente Agria es uno de los símbolos de Puertollano (Ciudad Real). Cuentan que quien bebe en ella vuelve otra vez al pueblo. Estas aguas con propiedades medicinales, de las que ya existían referencias en el reinado de Felipe II, son uno de los tesoros sentimentales de estos vecinos manchegos. "Está más buena que la que llega a nuestras casas", comenta María Ángeles Fernández. La relación de Puertollano con la fuente es cómplice, pero testimonial: el abastecimiento a sus 50.000 habitantes y, muy especialmente a su notable industria, con el complejo petroquímico Repsol a la cabeza, depende del pantano de Montoro. Este embalse y el de Fresneda son manchegos pero beben de afluentes del Guadalquivir, el río andaluz por excelencia. Tras años de reivindicaciones, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, considera "irrenunciable" el traspaso a Andalucía de las competencias sobre la cuenca, objetivo que ha incluido en la reforma del Estatuto andaluz. Una exigencia que debe sortear el hecho de que parte de la cuenca corresponde a Castilla-La Mancha (7,3% del total), Extremadura (2,5%) y Murcia (0,2%).

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"Por esa autonomía no se pueden menoscabar los derechos de otros territorios; es preciso conjugar los principios constitucionales de igualdad entre todos los pueblos y solidaridad interterritorial", señala Joaquín Hermoso, alcalde de Puertollano (PSOE). Esta ciudad consume al año seis hectómetros cúbicos del pantano del Montoro, que coge sus aguas del río del mismo nombre. El río Montoro termina en el Jándula, a pocos kilómetros del límite entre Andalucía y Castilla-La Mancha. Luego, el Jándula recorre un centenar de kilómetros más hacia el sur por el parque natural de Sierra de Andújar hasta llegar al Guadalquivir.

El pantano del Montoro fue construido a mediados de siglo pasado por la entonces empresa nacional de hidrocarburos Calvo Sotelo y en la actualidad es gestionado por Repsol. La capacidad de la presa -de 44 hectómetros cúbicos, aunque el pasado jueves estaba al 28,56%- es insuficiente para atender la demanda de Puertollano, Mestanza e Hinojosas y, sobre todo, del complejo petroquímico de Repsol, que consume 24 hectómetros cúbicos al año para refrigeración y producción. Por todo ello, la Confederación del Guadalquivir se ve obligada desde hace años a trasvasar agua desde el pantano jiennense del Jándula para no paralizar la actividad en el principal enclave industrial de Castilla-La Mancha.

"Un cambio en la titularidad del organismo que asuma el control de la cuenca no nos debería afectar", indica Salvador Saura, portavoz de Repsol en Puertollano, que da empleo, directo e indirecto, a más de 5.000 personas. El Ayuntamiento de Puertollano paga un canon a la empresa Repsol por el uso del agua del embalse de Montoro. Para acabar con esa dependencia acomete, junto a la empresa pública Aquavir, el recrecimiento del pantano, que pasará a tener una capacidad de 101 hectómetros cúbicos tras una inversión de 50 millones de euros.

El segundo pantano manchego de la cuenca del Guadalquivir es el del Fresneda, que abastece a las poblaciones de Almuradiel, Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas. El alcalde de éste último municipio, Jesús Martínez (PSOE), considera "razonable" la iniciativa andaluza porque, a su juicio, "las cuencas tienen que gestionarlas las comunidades autónomas". Aunque también advierte de que "los Estatutos no pueden romper el hilo de la solidaridad". Valdepeñas (30.000 habitantes) cuenta también con el abastecimiento de la presa de La Cabezuela (cuenca del Guadiana), cuatro veces mayor, pero el de Fresneda (13,2 hectómetros cúbicos de capacidad) es más valorado. "El agua es de más calidad al ser de sierra", señala Jesús Martínez, para quien la solución está en llegar a acuerdos entre las comunidades de Andalucía y Castilla-La Mancha. El alcalde no quiere que se repitan situaciones "arbitrarias" como la que, en su opinión, se dan por el trasvase del Tajo al Segura. "Hay zonas en Castilla-La Mancha que se abastecen con cisternas y el agua nuestra se lleva a otras comunidades", subraya.

La presa de Fresneda está en el término de El Viso del Marqués, aunque esta pequeña localidad de 3.000 habitantes vive de espalda al pantano. "Prohibido bañarse, acampar y usar embarcaciones", se lee en el cartel que hay a su entrada. El pueblo se abastece sobre todo de acuíferos y del recrecimiento de Los Molinillos. Sólo los pescadores se benefician del pantano, pero las autorizaciones se tramitan en la oficina de la Confederación del Guadalquivir en Jaén, a más de 100 kilómetros. "Mientras no nos falte agua y no nos suban el precio me da igual de quien sea la gestión", indica Andrés Pisa, conserje del palacio del marques de Santa Cruz, principal atractivo turístico del pueblo.

Agustín del Fresno es el encargado del embalse de Fresneda desde su construcción hace 17 años. Es el único que vive allí con su familia, aunque hay otros dos trabajadores. Como el resto de empleados de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Agustín ya ha recibido información del comité de empresa sobre el presumible traspaso de transferencias a Andalucía. "Dicen que en las comunidades autónomas se cobra más, pero ya veremos lo que pasa", asegura con gesto de incertidumbre. De todos modos, asume que la mayoría de las decisiones se toman ya aguas abajo; como anécdota, recuerda que sus votos en las elecciones sindicales fueron anulados por ir a votar a Ciudad Real y no donde le correspondía, la oficina de Jaén.

Agustín del Fresno, encargado del embalse de Fresnada (Ciudad Real), en la cuenca del Guadalquivir.
Agustín del Fresno, encargado del embalse de Fresnada (Ciudad Real), en la cuenca del Guadalquivir.J. M. PEDROSA

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